Por: Roberto Garrone

Esta semana se cumplieron dos meses del hundimiento insólito del buque congelador “Pescargen IV” en el sitio 4 del muelle Almirante Storni.

Negligencias en varios eslabones en el manejo de los pesos de la carga, terminaron con el buque de más de 60 metros de eslora primero escorado y luego hundido amarrado a muelle con el daño ambiental y la obstaculización de un espacio vital que conlleva la situación.

Antes de que se cumplieran los 60 días del hecho, que por suerte no dejó víctimas fatales pero sí un pasivo ambiental al que todavía lo rodea la incertidumbre, el buque había llegado al recinto de sesiones del Consejo Federal Pesquero.

En realidad su permiso de pesca, el activo más valioso que tiene la empresa, visto que el buque parece completamente irrecuperable después de este tiempo. El Acta 28 del Consejo aprobó el pedido de reformulación de dicho permiso que hizo la empresa Arbumasa Austral.

Esta firma de capitales chinos, la misma que renueva 6 de sus buques fresqueros en gradas de Contessi, y anunció en las últimas horas su llegada al Parque Industrial de Puerto Madryn –ya tiene dos trigoríficos en Mar del Plata- propuso cambiar el permiso del congelador por el ingreso de un barco que pesca calamar. El CFP también aprobó el cambio de titularidad de las cuotas de merluza y merluza de cola que tenía el Pescargen IV a favor de Arbumasa, que lo reasignaría en su flota.

Hasta acá todo dentro de la normalidad de un proceso como este, más allá de la rareza de cambiar el permiso de un congelador merlucero que pesca casi todo el año por un potero cuya temporada de pesca con suerte puede extenderse cinco meses.

La ambigüedad surge al momento de definir qué se hace con el casco hundido. Por un lado dice, al extinguir el permiso del congelador, que el buque deberá ser desguazado o exportado, aunque luego aclara que el reflotamiento y remoción del buque siniestrado se encuentra regulado por otro régimen y sujeto a la competencia de otras autoridades.

¿Quién se hará cargo del buque hundido. Arbumasa o Pescargen? En la búsqueda de esa información brotaron otras de mayor relevancia. La operación de compra del permiso que refleja el acta del CFP, hoy esta caída.

El dato fue primero revelado desde Pescargen y luego confirmado desde Arbumasa. Desde ambos lados reconocen que lo negociado no es lo que refleja el Acta del 28 de septiembre pasado. “Se está reviendo el acuerdo”, aseguraron desde Arbumasa.

No sería la primera y última vez que lo escrito en un Acta queda cual papel pintado. Sin ir más lejos el tangonero que debía ingresar Moscuzza en la reformulación del Mar Azul, en diciembre del 2015, era un barco de 40 metros. Dos años después Pototo se trajo uno de 47 y ahí está, pescando impunemente. “Para qué”, como dice Macri ahora…

Desde Pescargen aseguran que ellos trabajan en el reflotamiento del barco. Semanas después del naufragio, desde la Prefectura Naval informaron que la empresa hizo una presentación para el desguace pero la habían rechazado.

En Pescargen lo desmienten. Aseguran que no presentaron ningún plan y que siguen trabajando en la propuesta. No hablan de tiempos y aducen la complejidad del caso no solo por las características del buque sino de la zona donde quedó hundido. “Cuando lo tengamos lo vamos a dar a conocer porque somos los primeros que queremos sacar ese barco de ahí”, revelaron desde la familia Tuteur, accionista mayoritaria en Pescargen.

En Madryn creen que las dilaciones para presentar el plan de reflotamiento tienen que ver, más que con lo complejo de la operación, con desacuerdos económicos con los encargados de la maniobra.

El pasado reciente de Pescargen con alguno de sus proveedores encargados de las primeras tareas de mitigación no ayudan a que las autoridades portuarias conserven el optimismo. Según informó Revista Puerto, el 12 de agosto, una semana después del hundimiento, se retiró “Lanchas del Sur S.A” porque Pescargen no había pagado los costos emergentes por los trabajos realizados en inmediaciones del barco.

En Pescargen tienen varias cartas bajo la manga. Creen que hubo varias fallas en los protocolos del puerto y la propia Prefectura que derivaron en el hundimiento del barco y los hacen co responsables. En este escenario, piensan, los fondos para reflotar el barco no tienen que salir de una sola cuenta bancaria.


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