La Lic. Andrea Cecchi (MN: 46273 / MP: 61802) nos explica de qué manera influye el aislamiento y qué medidas tomar para no sufrir las consecuencias durante la cuarentena y cuando salgamos de ella.

Debido a una circunstancia de fuerza mayor, el país y el mundo le exige a sus habitantes que permanezcan en cuarentena y aislados de los vínculos sociales para proteger sus vidas. Entre nosotros circula un virus, invisible, a veces peligroso (no siempre ni en todos los casos) que hay que detener aunando fuerzas.

¿Cómo se puede superar este período sin padecer angustia, ni caer en una tristeza profunda o en pensamientos apocalípticos?

Somos seres sociales, de eso no hay duda, necesitamos de los vínculos y el afecto para mantenernos sanos psíquica y físicamente. Pero si la consigna es no salir de casa entonces debemos tomar las medidas necesarias dentro del hogar. No solo para pasar el período de encierro preventivo sino también para volver a enfrentar la vida luego de él.
Necesitamos mantener pautas precisas de rutina, no desarmar nuestros hábitos y costumbres por el solo hecho de “no tener mucho para hacer”.

1) Respetar los horarios de sueño es el principal dato a tener en cuenta. Acostarse a la misma hora y levantarse temprano para comenzar el día. Esto regula el sueño y el metabolismo como así también el sistema nervioso. Funcionar de manera diurna ayuda a mantener el bienestar general.

2) Respetar las 4 o 6 ingestas diarias en horarios habituales nos permitirá mantenernos hidratados y nutridos favoreciendo el buen funcionamiento del sistema digestivo. Además permite “hacer cortes” en la rutina y manejar la ansiedad.

3) TENER HORARIOS para todas las tareas: si los chicos tienen tareas escolares, se debe disponer una rutina horaria diaria, dos turnos de dos horas aproximadamente para poder concentrarse y relajar la mente. Pueden ser seguidos con un intervalo de media hora o dividirlo entre la mañana y la tarde. Para los adultos es igual, tener horarios definidos durente el día, si bien con una franja horaria más amplia ya sea para trabajar o para estudiar. Desconectarse varias veces al día permite registrar que cosas suceden en la casa e interactuar con los convivientes.

4) Regular la exposición a cualquier monitor, el exceso en el uso del celular, consolas de juegos, internet, o televisor aumenta el estado de ansiedad difícil de controlar a la hora de desconectarse de ellos. Los largos períodos facilita el aceleramiento del pensamiento y la necesidad de inmediatez que, una vez apagado, la vida hogareña resulta tediosa y aplastante, se percibe como «poco divertida». Se torna imperiosamente necesario poner horarios para su uso a todos los integrantes de la familiar (cualquiera sea la edad).

5) Conversar en vivo y en directo con las personas que habitan en casa, usar juegos de mesa o proponer temas de conversación para desarrollar ideas entre todos. Esto favorece el contacto emocional y convoca a la familia a un espacio común compartido, eludiendo la sensación de vacío o soledad.

6) Si se vive solo, sean adultos jóvenes o mayores, es importante tener horarios para mantener llamados telefónicos con familiares o amigos. Salir al balcón y conversar con el vecino lindante también puede ser una oportunidad de socialización. El hecho de saber que a determinada hora alguien llamará disminuye la ansiedad y ofrece un “corte” satisfactorio en el día, marca un antes y un después a nivel psicológico, la persona puede reconocer que es importante para alguien y que se comunicará porque está presente en la vida del otro.

7) Respetar los días de la semana, diferenciar los días hábiles y los fines de semana para hacer actividades exclusivas. No trabajar el domingo, no desayunar a la una del mediodía un martes por poner algunos ejemplos. Si no se respeta, se reforzará la sensación de que el tiempo no pasa y es circular, sin principio ni final.

8) Dedicar un tiempo (dos horas aproximadamente) a la limpieza y el orden diario, como al aseo personal. Cuando se utilizan todos los espacios de la casa se tiende al desorden, además de favorecer la acumulación de suciedad. Desarmar y armar, sacar y volver a poner, abrir y cerrar, son prácticas que permiten dar cuenta de lo que hacemos y utilizamos. Este ejercicio para los adolescentes es muy interesante ya que tomarán conciencia de su existencia en el hogar.

9) Elegir la calidad de la comida que se puede cocinar con los recursos que se tiene y controlar la cantidad REGISTRANDO el estado de saciedad. Esto puede lograrse cuando comemos acompañados, o en silencio si vivimos solos. Conectarse con los sabores, hacer sobre mesa, permite que el organismo digiera la comida tranquilamente y dure más la sensación de llenado.

10) Poner horario a la actividad de los chicos con respecto al juego organiza psíquicamente los momentos del día. Un horario para interactuar con los padres con un juego donde todos participan, otro donde deben jugar solos con su imaginación o dibujar. Esto permite que no sean demandantes durante todo el día, sino, más bien, que puedan disfrutar y aprovechar el tiempo que se tiene en grupo y el que se tiene solo. Los padres NO deben estar a demanda.

11) Aprovechar para realizar aquellas cosas postergadas para las cuales nunca teníamos tiempo. Buscar información, leer, aprender algo nuevo, etc.

12) Sexualidad y privacidad. Otras de las ventajas de respetar los horarios de la casa es conservar los espacios de intimidad en la pareja. La sexualidad tenida con frecuencia regula los estados emocionales y permite el reencuentro con el compañero/a, muchos de estos momentos quizás perdidos en la vorágine de la vida cotidiana.

13) La cuarentena con familiares con discapacidad corporal, cognitiva o con retraso; a aquellos que tienen familiares con enfermedades degenerativas o crónicas deberán pedir la ayuda necesaria para ser contenidos y asistidos. La permanencia diaria y continua con este tipo de patologías, sin ser profesional de la salud, provoca angustia y sentimiento de abatimiento.

14) Respetar los espacios de intimidad y silencio de cada integrante. No convivir ensimismados u ocupando los espacios ajenos; cada uno debe tener su tiempo para la concentración en alguna tarea, o para ir al baño con libertad y privacidad. Esto favorece las ganas de interactuar luego con el otro, a pesar de estar en la misma habitación.

15) Pensar y dejar plasmadas las actividades que se quieran cumplir el resto del año al aire libre; poder dejar planificadas salidas al aire libre, parques, playas, campings, o salidas con el auto ayuda a acortar el tiempo de cuarentena, desde el punto de vista psicológico.

Todo lo que podamos hacer para llevar y acomodar la vida externa puertas adentro respetando los tiempos internos hará que la salida, luego de la finalización de la cuarentena, no resulte ansiógena ni despierte sensación de pánico o fobia. Acostumbrarse al encierro para luego acostumbrarse a la libertad no se produce de la noche a la mañana, se necesita un proceso paulatino de adaptación. Convertir nuestra casa en una cueva sin tiempo, donde todo vale, repercute negativamente en nuestra vida futura inmediata.


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