El Honorable Concejo Deliberante de General Puyerredon, a través de un proyecto impulsado por el concejal del Frente de Todos Ariel Ciano, otorgó un reconocimiento a la trayectoria y compromiso con la Cultura del actor Gerardo Romano, quien se encuentra en la ciudad de Mar del Plata, presentando su obra “Un judío común y corriente”.

Estuvieron presentes también las concejalas Paula Mantero, Sol de la Torre, Virginia Sívori, Marina Santoro y el concejal Chucho Páez, el actor y amigo personal Víctor Laplace, Irene Molinari de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Fabián Muñoz de Abuelas de Plaza de Mayo filial local, organismos de DDHH, integrantes de la agrupación Abrazo Ciudadano y familiares de Detenidos Desaparecidos por razones políticas.

«Un aporte a la honestidad intelectual». Así definió Ciano a la obra unipersonal que lleva adelante el actor desde hace ocho años y que «habla del Holocausto pero tiene claros vínculos con nuestra historia y nos interpela a quienes la vimos».

«Es un reconocimiento a un actor de raza que marcó época y que siempre está apostando a lo que nos interpela. Reconocemos en él a otros, al teatro en sí mismo, a los productores que apuestan por nuestra ciudad en momentos complejos con teatro de calidad. Sentimos un profundo orgullo en compartir esta mesa, nos llena de satisfacción y esperamos contar con tu arte siempre y mucho tiempo más. Ojalá que este sea un abrazo de los ciudadanos marplatenses y te lo lleves con los afectos», añadió el edil, al tiempo que su compañera de bancada, Marina Santoro destacó que Romano «no ha callado en las tablas, en el teatro y la tele pero tampoco en la calle, en las plazas, en nuestro sufrimientos como pueblo».

Estas palabras se resignificaron a la hora de escuchar al actor, quien tras agradecer a «Mar del Plata por la hospitalidad brindada siempre, como instrumento difusor de la cultura teatral que tanto necesitamos y queremos», recordó que cuando recién iniciaba su carrera y acompañaba a su novia en la temporada del ´80, «me vinieron a ver las Madres locales, a pedirme si podía conseguir convocar a los actores y actrices a una marcha que se iba a realizar. Fue una experiencia particular para mí que recién comenzaba, convencer a cada uno de mis colegas, todavía con la dictadura militar. Fui al Atlas, estaba Darío Grandinetti haciendo una obra con Luis Brandoni. Iba acompañado con las Madres, ellas explicaban. Fue una marcha memorable y emocionante. Mi compañera lloraba y tenía miedo, había convencido a su amiga Camila Perisé que la acompañe, iban de la mano», relató con la voz quebrada de la emoción.

También recordó que «en el ´78 cuando quisieron chupar a Tato Pavlosky yo lo tuve dos meses guardado en mi casa. Luego junto con el compañero Brandoni lo ayudamos a exiliarse a Brasil».

En el recinto del HCD marplatense lo acompañó su amigo Víctor Laplace, a quien dijo admirar en sus primeros años: «Él era un referente para mí. Cuando comencé Victor estaba exiliado en México. Que esté hoy acá me llena de orgullo y emoción».


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