“Simplemente parar y estar presente, eso es todo” (Kabat-Zinn 2005)
Por: Noelia Salomone.
Cuando, hace 2600 años, un joven practicante de mindfulness conocido como Buda comprobó que aquella disciplina mental cultivaba el crecimiento espiritual y personal, la incorporó como centro nuclear en sus enseñanzas y práctica filosófica.
A lo largo del tiempo, la meditación fue práctica de unos pocos , pero a mediados del Siglo XX, acontecimientos afortunados hacen que occidente mire, con mente de principiante y atención a oriente (hay hechos que refieren que ocurrió antes). A mi parecer, era muy conocido el enfrentamiento entre religión y ciencia, pero poco se conocía sobre espiritualidad y ciencia. Sea como sea mindfulness fue asimilada por la ciencia occidental; contando en 1979 con la prescripción de la Asociación Americana de Psiquiatría de continuar las investigaciones sobre su eficacia clínica .De hecho, la amplia evidencia científica cualificada hizo que se popularice en áreas clínicas y no clínicas, como educación, salud, deportes, empresas ya que mejoraba notablemente el bienestar físico y psicológico.
Mindfulness es un estado de la mente que se obtiene a través de técnicas meditativas atencionales. Es un tipo de entrenamiento mental que se desarrolla, cultiva y profundiza en el tiempo. ¿Por qué sería importante “parar y estar presente”?. Porque estamos siempre en movimiento, haciendo una cosa y luego otra, sin tener conciencia de nuestra compulsión al hacer ,a los pensamientos, al pasado, al futuro, al próximo movimiento, al próximo proyecto, al próximo logro. Pascal, otro gran meditador, decía que el problema de la gente, es que no se queda quieta, nadie está satisfecho consigo mismo ni con la vida , ni con el efecto de su historia. La excesiva agitación emocional automática nos absorbe.
Hay mucho que ganar en el proceso de “parar y estar presente”. El simple acto de prestar atención puede llevarnos muy lejos (Keanu Reeve). Una de ellas es la quietud , mente silenciosa o ver las cosas tal cual son. Más allá de la percepción moderna, hay más movimiento y crecimiento en la quietud. Creemos que estar presentes en el aquí y ahora es perder el tiempo, sentir nuestra propia existencia, poco interesante; darle el valor de sagrada a la vida , poco práctico .Solemos confundir estar ocupados y productivos con navegar inconscientes en pensamientos automáticos el 97% del día .
Mindfulness nos convierte en observadores conscientes y atentos de nuestros contenidos mentales. De manera activa, reflexiva y con carácter no valorativo, la mente acepta la incertidumbre quedando sin expectativas, pero a la expectativa. Obteniendo, de este modo, técnicas efectivas en el manejo del estrés y habilidades de regulación emocional que nos ayudarán a tomar decisiones con las que podamos vivir.
Otro estado mental que podemos cultivar y ganar, es el de felicidad. Al fin y al cabo todos anhelamos ser felices y eso nos iguala. El budismo habla mucho de ello y agrega , que generalmente buscamos en lugares y variaciones equivocadas.
El éxito (capitalista) no es necesario ni suficiente para que una vida sea valiosa , o para que allí habite la felicidad. A lo largo (y con la sistematización diaria) del ejercicio meditativo atencional se desarrolla la habilidad neurocognitiva de cambiar el modo de funcionamiento de la mente de hacer a ser (Segal y cols.,2002). ¿Cómo es esto? En una mente en modo hacer, la felicidad se ubica en un objeto externo, la duración es breve y siempre hay que buscar otro objeto externo y otro más y otro más “sin parar, sin presente”. En oposición la mente en modo ser, ubica la felicidad en un objeto interno(ej., sentido de la vida, o mejor aún el sinsentido de la vida como vacío o vasija a llenar ), de duración vitalicia y la búsqueda es interna.
Estar aquí y ahora, es vivir con conciencia de la consciencia .
Y, mindfulness es experiencia.
A continuación les presento una técnica meditativa informal, ya que , se pueden alcanzar elevados niveles de mindfulness sin meditar formalmente . Se trata del ejercicio de comer un racimo de uvas con atenciòn plena y en silencio (Stahl & Goldstein)
Ahora bien, no seamos románticos. Todo en usted va a querer irse, moverse , descalificar o ridiculizar del ejercicio meditativo propuesto . El camino espiritual es difícil, meditar es fácil y está al alcance de todos pero ambos requieren disciplina y amor al proceso.
¡Vamos a ello!
Duración: 5 minutos
Instrucciones lea el texto y tómese el tiempo para ir realizando lo que se le pide.
Tome el racimo de uvas (o cual haya sido su elecciòn)
Imagine luego que procede de un planeta remoto, acaba de llegar a la Tierra y ve ese fruto por primera vez.
Explore la fruta con todos sus sentidos.
Centre su atención en uno de sus aspectos, como si jamás los hubiera visto.
Concéntrese en su imagen. Observelo y explórelo , como si lo viese por primera vez , con sumo detenimiento. Dele vueltas entre los dedos y advierta claramente su color.
Advierta las partes más brillantes de su superficie y aquellas otras más opacas.
Explore la textura del grano , sienta su blandura, su dureza, su tosquedad y suavidad.
Acepte cualquier pensamiento que aparezca mientras está haciendo la práctica por ejemplo ¿Por qué estoy haciendo esto?¿Para qué diablos sirve esto? déjelo estar y lleve otra vez su conciencia a la fruta , que regrese al objeto de atención plena .
Aproxime la fruta a su nariz y huélalo con mucha atención
Acerque ahora lentamente el objeto a su oreja, presione suavemente y escuche cualquier sonido que ese contacto emita .
Ahora lléveselo a la boca lentamente , tome conciencia de su brazo, mano como llegan a su boca con la fruta , observe la precisión.
Deposítalo sobre su lengua y advierta sin morder aùn que sensaciones desencadena el objeto en su boca .
Mastíquelo lentamente. Sea consciente de la saliva impregnando su boca y del cambio en la consistencia de la fruta mientras lo mastica
Advierta conscientemente cuando llegue el momento de tragar y vea si puede sentir como desciende por su garganta y penetra en el esófago, camino al estómago.
Dese las gracias por haberme permitido experimentar comer atentamente.
No nos sentamos en meditación para convertirnos en buenos meditadores, sino para estar más despiertos en nuestra vida cotidiana.
Pema Chodron
Noelia Salomone
@mindfulnes.ns