El pago de las importaciones de Gas Natural Licuado (GNL), que llegan por barcos al puerto bonaerense de Escobar a un alto costo, le mete más presión a los aumentos de tarifas.

Es que los recientes incrementos solamente convalidaron los precios mayoristas que surgen de los contratos de las petroleras con producción nacional y las distribuidoras, formalizados con el Plan Gas.

Pero el Gobierno, en la Resolución 41/2024 de la Secretaría de Energía dictada a fines de marzo, no trasladó a los usuarios el costo estimado de las importaciones, que habitualmente es mayor que la producción local (más de US$ 10 por millón de BTU frente a US$ 4,43 en invierno, el período que va de mayo a septiembre).

De esta manera, si el Ministerio de Economía no se hace cargo de abonar la diferencia con subsidios, quedarían en riesgo los contratos económicos del sector.

Si bien no está en peligro el abastecimiento «físico» (es decir, habrá suficiente cantidad de moléculas de gas para todos), la duda es quién afrontará ese gasto adicional.

Este año serán 30 cargamentos de gas importado que llegarán entre abril y agosto, comprados por la empresa pública Energía Argentina (Enarsa).

En abril hubo un fuerte aumento del gas que supera el 650% interanual por la eliminación casi total de subsidios a los hogares N1 (ingresos altos), los comercios y las industrias, así como una quita parcial de la ayuda del Estado a los hogares N2 (ingresos bajos) y N3 (clase media).

En mayo habrá otro escalón superior, por la entrada en vigencia de los precios de invierno: el componente gas salta de US$2,89 a US$4,43 por millón de BTU en la zona de la Ciudad y el Gran Buenos Aires (GBA), donde tiene concesión Metrogas.

Pero si el conflicto económico por las importaciones se saldara en favor del traslado pleno a los usuarios, esos precios saltarían y generarían la necesidad de un incremento adicional de las tarifas.

Según un informe de la consultora Economía & Energía, en 2024 los hogares N1 pasarán a cubrir el 82% del costo del gas, frente a 63% el año pasado.

La relación se invierte para los N2 y N3, a 6% versus 7% y 23% versus 24%, respectivamente; o sea, este año los usuarios domiciliarios de clase media y baja tendrían proporcionalmente más subsidios.

En términos absolutos, los subsidios al gas natural caerían de 1.173 millones de dólares en 2023 a entre US$489 millones y US$986 millones, dependiendo el nivel de suba de tarifas que decida el Gobierno en los próximos meses, cuando termine de diseñar e implementar la Canasta Básica Energética. (NA)


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