El Defensor del Pueblo bonaerense, Guido Lorenzino, se presentó en la Corte Suprema de Justicia luego de que el máximo tribunal lo convocara como expositor en el caso de Natalia Denegri contra Google por el “derecho al olvido”, y pidió evitar “el totalitarismo digital”.
«La Corte tiene en sus manos la posibilidad de crear un estándar que permita fijar límites a los algoritmos y evitar el totalitarismo digital. Este caso nos habla del derecho a la autodeterminación informativa, que es el derecho de las personas a equivocarse, a optar, a vivir, sin que cada elección deje una huella imborrable en manos de una empresa”, aseguró Lorenzino.
En su exposición como “amigo del tribunal”, el Defensor del Pueblo señaló que la causa “nos habla de la apropiación de nuestros datos personales, nuestros gustos, interacciones y elecciones”, y que “no podemos eludir a los algoritmos, que eligen presentarnos al mundo de una forma sólo guiada por el ánimo de lucro de las empresas. Natalia soporta el descrédito, Google se lleva las ganancias”.
El pedido de Natalia Denegri se basa en que Google desindexe contenidos de televisión y fotos protagonizados por la conductora en la década del 90. El caso llegó a la Corte luego de sentencias favorables en primera y segunda instancia, que fueron apeladas por la empresa.
“Si no somos dueños y dueñas de cómo nos presentan los algoritmos, mucho menos podremos frenar las violencias de las que seamos blanco”, sostuvo Lorenzino al explicar que el tema que se trata afecta principalmente a mujeres jóvenes.
En ese sentido, planteó que “existe un fuerte componente de género en este debate que no puede no tenerse en cuenta a la hora de dictar una sentencia. No hay dudas de que este caso se inscribe dentro de una trama de violencia. El algoritmo, la indexación y la falta de transparencia de estos mecanismos han afectado la integridad moral y emocional de Natalia. Hablamos de violencia de género digital”.
A su vez, consideró que “la libertad de expresión no es un derecho absoluto, tiene como límite el respeto a los derechos humanos y a la reputación de los demás. No podemos ser espectadores de los daños que se consuman permanentemente. Debemos prevenir y reflexionar sobre esto. La tecnología no es neutral, más teniendo en cuenta que en materia de honor y reputación digital es mejor prevenir que resarcir. Un daño en la dignidad humana es incalculable e irreparable”.
Por otra parte, Lorenzino comparó este caso con el sufrido por Cristina Fernández de Kirchner. “La falta de transparencia algorítmica por parte de Google habilitó la indexación de su nombre a un contenido falso, que generó un daño manifiesto a su persona y honor, y también a las instituciones democráticas y la investidura presidencial. Son dos casos similares que nos llevan a una conclusión: o limitamos a los algoritmos, o los algoritmos condicionarán nuestros derechos e instituciones”.
Por último, el Defensor del Pueblo le sugirió a la Corte que, al momento de resolver la causa, le pida al Poder Legislativo nacional que trate un proyecto de ley orientado a crear la Agencia Nacional de Algoritmos, un organismo que posibilite, a través de un diálogo e interacción edificante con las empresas tecnológicas, a avanzar hacia reglamentaciones protectorias de los derechos humanos.