A 38 años de la Guerra de Malvinas, desde el Centro de Ex Soldados Combatientes de Mar del Plata destacaron el momento que atraviesa la humanidad. A través de un mensaje, resaltaron que la pandemia del COVID-19 muestra otro camino. «En esta guerra no hay bandos, es la humanidad contra el virus, y si todos tenemos la misma camiseta, todos los muertos son nuestros y entre los del mismo equipo no podemos pelear. Esa, creemos, es nuestra gran oportunidad como especie», destacaron.

A continuación, el texto que deron a conocer este 2 de Abril desde la entidad que preside Mariano Garbini.

Se cumplen hoy 38 años de aquel dos de abril que diera inicio a una serie de acontecimientos que marcarían a nuestro País para siempre convirtiéndose en una bisagra para las vidas de aquellos que de una u otra forma nos vimos envueltos en esa circunstancia, ya sea como protagonistas del hecho bélico o como parte del pueblo que hizo lo suyo desde cada rincón de la patria.

La guerra nos transformó a todos.

Muchas vidas se perdieron, jóvenes con sueños e ideales. Para nosotros, los ex soldados conscriptos, el mandato era combatir y así lo hicimos, dejamos en la defensa de ese sitio lo mejor de nosotros, pusimos todo lo que teníamos y hasta un poco más. Muy desprovistos y a pesar de grandes adversidades, nadie bajo los brazos. De ahí se salía peleando y se peleo hasta no dar más, o hasta cumplir el juramento a la bandera de “defenderla hasta perder la vida”. Nuestra juventud nos pedía estar a la altura del compañero, ya que sabíamos que aun muerto de hambre y de frio daría la vida por uno y combatiría hasta el último aliento. Creíamos en la Patria de San Martin y Belgrano, la que nos enseñaron nuestras maestras. No en la del Proceso de Reorganización Nacional.

Podríamos como cada dos de abril contarles sobre nuestra labor comunitaria, la cantidad de actividades que se desarrollan en nuestra sede social, la tarea de atención primaria de la salud que se lleva a cabo hoy en el Centro de Ex Soldados Combatientes en Malvinas de Mar del Plata o los proyectos que hacen a nuestra acción malvinizadora.
Podríamos hablar de derecho internacional y enumerar los antecedentes que avalan la soberania de la Nación Argentina sobre el archipiélago de Malvinas

Podríamos llenar páginas hablando del heroísmo y el coraje de nuestros compañeros caídos. Pero creemos que todo eso debe ser reinterpretado en virtud de las circunstancias.

Vemos que esta pandemia nos muestra otro camino. El hecho de que hoy el campo de batalla no se circunscribe a un teatro de operaciones sino que la guerra esta en las calles de todas las ciudades del mundo hace que miremos la cantidad de fallecidos a nivel global por el COVID19 y que los muertos duelan, TODOS.

Las bajas en las guerras se cuentan según los bandos y durante la contienda unos festejan lo que otros lloran. Pero en esta guerra no hay bandos, es la humanidad contra el virus, y si todos tenemos la misma camiseta, todos los muertos son nuestros y entre los del mismo equipo no podemos pelear. Esa, creemos, es nuestra gran oportunidad como especie. Se dice que no hay nada como un enemigo común para unir a las personas. Hoy vemos a los países colaborando entre sí para combatir la amenaza. La humanidad encerrada en su casa e increíblemente dejando salir a través de la comunicación global lo mejor de cada uno desde el encierro.

Si pudiéramos valorar de igual manera las vidas que se llevan las guerras como las que se lleva la pandemia habremos derrotado mucho más que a un virus.

Quienes vivieron los días de la guerra recuerdan el estado en que se encontraba nuestra sociedad. Hablamos por boca de nuestros familiares y amigos, ya que nosotros no estábamos aquí, pero recordamos que al regreso mucha gente contaba indignada q la vida nocturna continuaba. Los boliches estaban abiertos, y eso enojaba mucho a los que tenían algún afecto allá en las islas. Según ellos: “no todos estábamos en guerra”.

Cualquier coincidencia con la reacción que hoy genera la violación a la cuarentena en la ciudadanía es fácil de compatibilizar con esa afirmación. “no todos estamos en guerra” y es aquí donde tratamos de ofrecer nuestra experiencia.

En las situaciones de extremo peligro o supervivencia es esencial atenerse a las normas y procedimientos establecidos. Si la consigna para ganar es el aislamiento, ese debe ser su único norte. Al igual que en una unidad de combate, el error de uno puede costarle la vida no solo a él, sino también a sus compañeros.

Y al enemigo no hay que darle la oportunidad de vencerte…

Lo que esta en juego al romper el aislamiento es la vida de los demás, los que tienen tu misma camiseta…

Y la esperanza entonces queda puesta en que cuando todo esto termine, no solo festejemos el triunfo sino que sigamos jugando en el mismo equipo. Que lo que paradójicamente ha sido una lucha de los excombatientes como es el acceso a una salud de calidad para tratar las secuelas de la guerra, pase a ser una lucha de la sociedad en su conjunto. Esta pandemia nos ha mostrado que la salud debe ser un derecho y no un negocio y por ende una cuestión prioritaria e ineludible del Estado independientemente de su color político. Creemos que después de esto no puede el mundo seguir siendo igual y depende de los ciudadanos generar el cambio de paradigma hacia un lugar que no tenga excluidos.

Siempre decimos que Malvinas tiene tantas miradas como protagonistas y no podemos ser objetivos con el relato sin atender a quien es el relator. Hoy los ex soldados conscriptos combatientes en Malvinas de Mar del Plata queremos llevar un mensaje de resiliencia hacia nuestros vecinos, creemos en Uds. En que van a estar a la altura del desafío para ganar esta batalla y todas las que se nos presenten en el futuro.

Tomemos la inspiración de aquellos que creyendo en nosotros dieron su vida por la patria.


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