La Lic. en psicología Andrea Cecchi (MN: 46273 / MP: 61802) lic.andrea.cecchi@gmail.com nos propone pensar sobre las diferentes formas de abordar una realidad.
Cada vez que acudo a los medios de comunicación para acceder a las noticias de actualidad (medidas de restricción, apertura de la cuarentena, cuestiones económicas, etc.), me vuelvo a sorprender por la gran cantidad de información “basura” que debo sortear para obtener datos que se puedan considerar confiables. Esto me ha llevado a la siguiente reflexión que quiero compartirles en el presente artículo.
Durante siglos, el conocimiento fue considerado el pilar fundamental del entendimiento humano, desde los primeros intentos por comprender el Universo, hasta las preguntas más profundas sobre la esencia y los orígenes del hombre. Desde la antigua Grecia y hasta principios del siglo XX la voluntad de aprender y conocer se mantuvo como prioridad.
Los esfuerzos por descifrar los misterios del mundo circundante a través de la observación rigurosa de todo tipo de fenómenos y la posterior reflexión y análisis de esas observaciones, forjaron el camino. Autores como Ortega y Gasset, Foucault, Freud, Platón, Darwin, incluso algunos próceres de la Argentina como Mariano Moreno, Belgrano, Sarmiento, quienes buscaban el progreso humano desde los valores y la ética a través de la educación del pueblo para mejorar la calidad de vida y la dignidad de las personas, dan cuenta de este proceso.
Hoy se observa un cambio de paradigma, donde la opinión, que es un juicio de valor rápido y superficial, es más eficaz que un fundamento verdadero de conocimiento elaborado. Los programas de TV o programas radiales con panelistas aumentan los números de audiencia. Las carreras universitarias o terciarias están orientadas al adoctrinamiento y no hacia la creación de un pensamiento crítico. Los periodistas, en su mayoría, son creadores de opiniones en masa, los médicos se transforman lentamente en empleados de los laboratorios, los psicólogos pasamos a cumplir protocolos y diseños de atención estandarizados, y así puedo seguir mencionando ejemplos.
Este panorama resulta abrumador cuando escucho a mis pacientes sufrir por miedos insólitos derivados de información tendenciosa que busca aumentar el rating sin ningún tipo de responsabilidad social.
¿A qué se debe este viraje educativo o de desinterés por el conocimiento? Se ha sesgado el conocimiento histórico y con ello la formación humanística que conlleva. No podemos analizar hechos aislados, sin antes comprender el contexto social donde se desarrollaron, y cómo se han insertado en el flujo de la historia.
Un ejemplo actual es lo que ocurre con la problemática de discriminación de género; dado un cambio en la conceptualización de hombre/mujer y en la manera de relacionarse, lo que hasta hace 20 años era un acto de hombría, hoy pasa a ser un comportamiento agresivo y penalizado. El hecho es el mismo, lo que se modificó fue su interpretación, y con ello la interpretación de la historia.
Debemos hacer un esfuerzo por interpretar desapasionadamente los sucesos del pasado y tratar de entender cómo los conocimientos adquiridos por nuestros predecesores se fueron engarzando en el entramado histórico que dio forma a nuestro mundo de hoy, para poder entendernos a nosotros mismos y no dejar caer en el olvido y la incomprensión a nuestros ancestros.
Cuando una sociedad se empeña en exaltar la obtención de logros egoístas y de promocionar de manera intencionada cierta aparición mágica de la felicidad a través de la adquisición de mercancías innecesarias, comienza una carrera desesperada por conseguirlos sin interponer la razón o el conocimiento.
Deberíamos aspirar a una sociedad que promueva valores más elevados, y no sólo limitarnos a generar y reproducir momentos de diversión y “felicidad” efímera.
Aprender a complejizar el pensamiento, dejando de lado temores infundados, nos permitirá en este período extenso de cuarentena, enriquecer nuestros propios mundos internos con verdaderos fundamentos que nos habiliten a construir una vida plena, jalonada por vivencias verdaderamente humanas.
Agradezco enormemente a Punto Noticias la oportunidad de ser columnista en un sitio informativo serio, con contenido de calidad, que busca informar y ayudar a sus lectores a desarrollar una conciencia crítica.
Es mi deseo que, como sociedad, logremos un progreso moral que nos fortalezca y nos amalgame para alejarnos de la mediocridad, sortear la ignorancia y escapar del mar de la superficialidad. Salir progresivamente de la cuarentena va a depender de cuánto hemos aprendido.