Por: Luis Gotte – La pequeña trinchera- Co-autor de “Buenos Ayres Humana, la hora de tu comunidad” Ed. Fabro, 2022- Mar del Plata – luisgotte@gmail.com – D.N.I. 20041255
La Provincia de Buenos Aires, con sus 135 municipios y una superficie de 307.571 km2 y casi 18 millones de paisanos no ha logrado ingresar al S.XXI. Su organización política, económica administrativa e institucional no ha variado mucho con respecto al S.XIX. Esta situación ha limitado su capacidad de ejecutar un Modelo Bonaerense para un Proyecto Provincial, que le permita un crecimiento económicamente sostenible y diversificado. Este escenario retardatario está arrastrando, como un agujero negro, a la Argentina toda.
Para afrontar estos desafíos, la provincia debería comenzar a implementar una serie de políticas estratégicas que busquen, principalmente, reordenar el sistema tributario provincial y descentralizar el poder político, permitiéndole a sus Municipios tener autonomía plena (art. 123 C.N.). Fomentar la creación de Nuevos Municipios, derogar el sistema de Delegaciones Municipales, instituir un Sistema Electoral Municipal, un Tribunal de Justicia de Menor Cuantía, con un Sistema Educativo local y regionalista como de Salud y una Policía Comunal, entre otros. Estas transformaciones, que también debieran darse en las provincias argentinas, reducirían significativamente la burocracia y la corrupción en la gestión municipal, así como promovería una mayor Democracia Social. Esto hará la diferencia entre permanecer en el siglo pasado o ingresar al S.XXI.
Además, debe pensarse a la provincia desde un esquema de desarrollo económico regionalista, que busque promover el crecimiento económico en toda la provincia. En este sentido, la creación de nuevos municipios y el fortalecimiento de las instituciones locales podrán generar un mayor control de la gestión municipal, permitiendo una mejor planificación de estrategias y progreso de nuestros municipios regionalizados.
Esta estrategia de regionalismo busca promover el desarrollo económico de cada región bonaerense, reconociendo las particularidades de cada territorio y sus sectores productivos. Junto a la creación de Partidos Políticos Regionales con representación en la Cámara de Senadores permitiría que los intereses de cada región sean escuchados y defendidos de manera más efectiva en el ámbito legislativo. Estos Partidos podrían impulsar iniciativas que promuevan el desarrollo productivo, industrial y comercial de su región, así como la inversión pública y privada en infraestructura y servicios.
Al contar con una representación política propia, los vecinos de cada región tendrían una mayor participación en la toma de decisiones sobre las políticas económicas que afectan su territorio. Asimismo, el fortalecimiento del regionalismo lograría la generación de empleo y a la mejora de la calidad de vida de los habitantes de cada región, evitando la migración de sus jóvenes, incluso, se lograría descomprimir el Conurbano.
Por otro lado, ante el agotamiento del actual régimen centralista, para abordar los desafíos de gobierno y desarrollo económico, teniendo presente la particular situación del Conurbano bonaerense y las dificultades que se presentarán para su regionalización, la provincia de Buenos Aires pondría en funcionamiento un Ente Autárquico para el desarrollo de políticas e inversiones en infraestructura, en conjunto con el poder político de CABA. Una entidad autárquica que llamaríamos «Conurbano Metropolitano» (CM), conformada por un Consejo Directivo integrado por representantes de los Municipios del Conurbano, de CABA y de la Provincia. Entre las principales funciones podrían darse:
1- Elaborar y ejecutar políticas públicas para el CM en áreas como prevención del delito, el narcotráfico, el cuidado del medio ambiente, inversión en infraestructura, etc.
2- Coordinar esfuerzos entre los distintos niveles de gobierno y actores relevantes a fin de lograr una estrategia común para el CM.
3- Diseñar e implementar proyectos específicos que contribuyan al desarrollo económico y mejoren la calidad de vida de sus vecinos.
4- Promover la participación vecinal y la transparencia en la gestión pública, generando espacios de diálogo y consulta con la comunidad civil.
5- Establecer una política de monitoreo y evaluación de las acciones desarrolladas por el CM, garantizando la rendición de cuentas y la transparencia en la gestión.
En conclusión, la creación del CM permitiría coordinar esfuerzos y establecer una estrategia común para el desarrollo de esta región, una de las zonas más pobladas del país y que enfrenta múltiples desafíos en materia de seguridad, infraestructura, medio ambiente, entre otros.
El municipalismo y el regionalismo no son solo soluciones para la Provincia de Buenos Aires, sino que pueden ser modelos para todo el país. Para que estas estrategias tengan éxito, es clave desarrollar un enfoque cooperativo entre los diferentes niveles de gobierno y la comunidad, los vecinos. Es importante crear escenarios de diálogo y coordinación que permitan una planificación efectiva de las políticas de desarrollo. Además, se debe promover una educación cívica que fortalezca la cultura política y la responsabilidad colectiva para el buen gobierno, y un compromiso de transparencia y rendición de cuentas por parte de los gobiernos municipales y provincial.
Es importante mencionar que estos cambios no sucederán de la noche a la mañana. Se necesitará de un esfuerzo conjunto y un compromiso real de los gobiernos y la comunidad para implementar estas estrategias de manera efectiva y sostenible.