El pasado mes de abril, la distribuidora EDEA difundió un comunicado informando que en solo siete días se habían registrado más de 11 hechos vandálicos contra los transformadores de la empresa, práctica delictiva peligrosa para quienes la cometen y que conlleva grandes inconvenientes en el servicio.
Hoy, dos meses después, la cifra de robos a instalaciones de la empresa asciende a más de 55, lo que arroja un promedio de un vandalismo diario, y, en consecuencia, una afectación por día a los vecinos de la ciudad de Mar del Plata.
Específicamente, los ilícitos comenzaron en los barrios Florentino Ameghino, Jorge Newbery, Santa Rosa de Lima, Libertad y La Herradura, mientras que durante los últimos meses se sumaron San Cayetano, las Américas, los Pinares, Batán, Malvinas argentinas, Hipódromo y Bernardino Rivadavia. De hecho, uno de ellos tuvo lugar enfrente de la puerta del Hospital Interzonal Oscar Alende.
Trascendió que, para efectuar el acto delictivo, los delincuentes se trepan a los
transformadores que se encuentran instalados sobre postes en altura, y arrancan los cables de cobre, generando interrupciones de servicio y obligando a la distribuidora a realizar complejas maniobras para reponer los elementos robados y restablecer el suministro.
EDEA ha formulado las denuncias correspondientes frente a cada robo y transmitido su preocupación a las autoridades encargadas de prevenir y dar con los responsables de tan graves delitos.
En ese sentido se mantiene diálogo constante con la Secretaría de Seguridad
del municipio, la Policía Departamental, la policía en función judicial y la fiscalías
intervinientes (Fiscalía ODA de Determinación de Autores), a efectos de coordinar acciones para frenar esta problemática.
Al respecto se realizaron en el pasado mes de mayo una serie de allanamientos en chatarrerías en las que se secuestraron más de veinte kilos de cables de cobre como los que la distribuidora utiliza para las puestas a tierra de su infraestructura.
La colaboración crucial de los vecinos:
EDEA hace un llamado a la colaboración de la comunidad para denunciar al 911 cualquier actividad sospechosa en proximidad a sus instalaciones, tales como la presencia de personas trepadas a sus transformadores (principalmente en horario nocturno).