Por: Gonzalo Patrone

La principal ciudad turística de la Argentina espera con ansias la próxima temporada de verano que, a priori, será una de las más importantes en cuanto a movimiento turístico, desde el inicio de la pandemia por el coronavirus.

Sin embargo, y a pesar del esfuerzo de algunos sectores privados, la ciudad de Mar del Plata recibirá a miles de turistas con muchos sectores tradicionales en un nivel de deterioro por demás preocupante.

Sin dudas que la Rambla y la Peatonal San Martín encabezan ese triste listado de zonas en Mar del Plata que piden a gritos una reconversión y puesta en valor.

En el primero de los casos, las cuestiones jurisdiccionales ya de por sí atentan con la postal más importante de la costa marplatense. Ni la Provincia ni el municipio han decidido un trabajo conjunto para mejorar su fisonomía, darle cierto orden al uso del espacio público y exigirle a los privados que respeten su uso.

De la Peatonal San Martín se viene hablando mucho en las últimas semanas sobre su lamentable estado. Lo singular es que todas las gestiones municipales, en mayor o menor medida, han encarado algún tipo de inversión para «maquillar» el principal paseo comercial de la ciudad.

Sin dudas que esa arteria que se extiende desde Mitre hasta la calle Buenos Aires demanda una modernización, ordenamiento y un plan integral que invite a marplatenses y turistas a que vuelva a ser ese punto de encuentro que fue durante décadas.

Hacia el sur de la ciudad se encuentra una de las arterias comerciales más características de Mar del Plata, que representa a una de sus industrias más emblemática como la textil y estamos hablando de la avenida Juan B. Justo.

Esta semana volvió a ponerse en escena su devaluado presente. Este centro comercial a cielo abierto supo ser una de las arterias de mayor movimiento económico de Mar del Plata.

La denominada “avenida del pulóver” sufre su peor momento afectada por crisis económicas, el avance de otros polos comerciales y la falta de inversión y promoción.

A pocos minutos de allí se encuentra el puerto de Mar del Plata, paseo obligado para disfrutar su oferta gastronómica de pescados y mariscos, así como para recorrer sus paseos como la Banquina de los Pescadores, la Escollera Sur, la Reserva Natural y la Gruta de Lourdes.

También esta semana fue noticia un ambicioso plan de remodelación del Centro Comercial del Puerto que reúne a una decena de restaurantes cuyos dueños entienden que ese sector merece una reconversión para lo cual prevén una inversión de unos 100 millones de pesos.

En tanto, sobre la Banquina Chica y la Manzana de los Circos también se proyectan inversiones para generar un corredor gastronómico y recreativo que reimpulse ese sector de la ciudad.

Hacia el norte de Mar del Plata se encuentra Parque Camet, una de las reservas forestales más significativas de la ciudad y que en reiteradas ocasiones es noticia por su estado de abandono e inseguridad.

A eso se suma la marcada preocupación de algunos sectores como el Colegio de Arquitectos y la UNMDP sobre la continua entrega del espacio público al usufructo privado.

Otro espacio natural donde en las últimas semanas su puso el acento fue en la Laguna de los Padres.

Los Defensores del Pueblo e instituciones civiles manifestaron una enorme preocupación por la situación por la que atraviesa la Laguna de los Padres.

Las graves denuncias, acompañadas con fotos, dan cuenta de robos continuos, incendios de árboles, desmontes y caza furtiva.

Queda en claro que Mar del Plata necesita que sea una temporada exitosa luego del impacto negativo que tuvo la pandemia.

Pero la ciudad también requiere con urgencia un plan de obras e inversión que la renueve y le ofrezca a marplatenses y turistas espacios acordes a lo largo del año


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