Por: Roberto Garrone

Entre el 23 y 25 de abril el corazón de la industria pesquera mundial latirá en Barcelona. La 30° edición de la “Seafood Expo Global 2024 / Seafood Processing Global 2024” reunirá en la Fira catalana a más de dos mil empresas en representación de 84 países que se desplegarán en 66 pabellones para montar una de las exposiciones de productos de mar más importantes del mundo.

Argentina estará representada por un puñado de empresas y hasta último momento se especulaba con la posibilidad que concurra el Subsecretario de Recursos Acuáticos y Pesca. A tono con las idas y vueltas de un gobierno que logra los mayores aciertos cuando da marcha atrás, como con el incremento irracional de las prepagas, Juan Antonio López Cazorla había rechazado el convite.

El argumento encerraba cierto sentido común y se lo reconocía a quienes le preguntaban por el viaje. “No da”, les resumía Juan Antonio hasta hace unos días, como para que se muestre en una feria internacional mientras el TAI AN era casi que bendecido por haber pescado ilegalmente 175 toneladas de merluza negra, el INIDEP enfrentaba una poda mayúscula de investigadores calificados, la motosierra cortaba casi que a la mitad el equipo de inspectores y el Consejo Federal Pesquero se mantenía inactivo tras cuatro meses de haber asumido.

Nada cambió en estos últimos días. Salvo que el TAI AN no está pescando merluza negra de manera ilegal. Al menos hasta el jueves seguía amarrado en el muelle de Ushuaia pudiendo ya haber regresado a zona de pesca tras cumplir los 22 días de suspensión del despacho a la pesca.

Ahora la promesa es que el Consejo comienza a sesionar el mes que viene. Lo mismo habían dicho en marzo. López Cazorla dejó trascender esta semana que estaba firmando las designaciones de los representantes provinciales. Un mero trámite burocrático se transforma en todo un hito de gestión. El nuevo relato libertario. Ni siquiera han firmado la asignación del volumen anual de las cuotas asignadas. Es pasar el porcentaje a un número en base a la captura máxima permisible, que es la misma del año pasado.

Una cosa es animarse a viajar y otra cosa distinta hacer declaraciones. Qué podrá decir más que promesas de dudoso cumplimiento. No creo que se anime a confirmar que los recortes en las áreas de control y fiscalización no se detendrán ni que en junio volverán a la carga con la tijera en el INIDEP. Tal vez revele que llenará el casillero vacío de la Dirección de Control y Fiscalización. Espera su designación Cecilia Moreno, delegada de ATE y con años de antigüedad en la Subsecretaría.

Quienes también esperan son los que revisan diariamente el Boletín Oficial. Todavía no encontraron la designación de Juan Pazo, el secretario mano derecha de “Toto” Caputo que le come poder y presupuesto a Fernando Vilella, ni el de Martin Fernández, el comisario infiltrado del Ministerio entre los pocos sargentos que le quedan al titular de Bioeconomía, como representantes del Poder Ejecutivo en el Consejo.

A decir verdad tampoco aparece la renuncia del Dr. Pablo Ferrara, el sobrino del corazón de Diana Mondino, quien sí había sido designado, con lo cual, si esa renuncia se confirma, faltarían, oficialmente, tres designaciones. Igual, como ya contamos, es deber de Juan Antonio convocar a sesión con el quorum que tiene.

Otros que esperan son los más de 250 contratados en el INIDEP por la renovación de su vínculo laboral. Más allá de los sobrevivientes monotributistas agrupados en el Decreto 1109 que sumaron un trimestre más, están los de la Ley Marco que aguardan impacientes el trámite administrativo. El cambio de nombre de la Subsecretaria generó trabas burocráticas, no financieras, aclararon en Paseo Colón. Al menos no por ahora. Con los mismos valores del año pasado, nadie sabe cuándo se termina el presupuesto 2024 en el Instituto.

El INIDEP también es víctima de la inactividad del Consejo. Como la Prefectura y la Armada, tampoco puede disponer de los fondos asignados por el Fondo Nacional Pesquero, financiado por el pago, entre otras cosas, de multas e infracciones de los propios administrados.
A esta altura parece claro que López Cazorla no va a convocar al Consejo hasta que el PEN no designe a sus miembros.

Nadie apuesta a que lo hagan. Juan Antonio tiene un sello de goma, firma, un tono campechano y se lleva más de 3 millones de pesos por mes. Pero no tiene el más mínimo poder en la Subsecretaría.
Solo cabe una pregunta. Para qué quieren que funcione el Consejo si su idea sobre el sector quedó resumida en el proyecto de reforma de ley incluida en la Ley Ómnibus donde justamente licuaban el poder del cuerpo de consejeros y la visión federal de la pesca.

Ahh, me olvidaba… Ahora parece que las cosas “dan”. López Cazorla confirmó su presencia en la Seafood de Barcelona.

Buen domingo


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