Por: Roberto Garrone

Mientras la industria pesquera sigue esperando salvavidas del gobierno, las empresas un dólar más competitivo para poder exportar y los trabajadores que se embarcan en la flota un alivio al impuesto a las ganancias, algunos números sirven para reflejar con mayor nitidez la transferencia de riqueza y valor agregado que genera el esquema exportador pesquera argentino y sus beneficios del otro lado del Atlántico.

Las exportaciones pesqueras de Argentina el año pasado contabilizaron 1804 millones de dólares, generados por la venta de 434 mil toneladas de productos de origen marino. La cifra representó una caída del 8,4% en divisas y 12% en el volumen exportado.

Del total de productos exportados, más de la mitad, 284 mil toneladas, salió de Argentina sin nada o poca transformación. Básicamente dos grandes especies: langostino entero, 86 mil toneladas, calamar entero, 135 mil toneladas.

A esta columna hay que sumar las 36 mil toneladas de merluza que salen H&G, corvina y pescadilla que van enteras mayormente al mercado africano y la merluza negra que sale solo sin vísceras.

Y no contamos las colas de langostino que tienen un proceso en tierra, pero que su destino mayormente son países donde le suman más valor con el pelado y desvenado y lo reciben en bloque. Perú, Tailandia, Vietnam, Guatemala, figuran entre los principales destinos de ese producto. Destino de paso para llegar a los principales centros de consumo en Europa, China y Estados Unidos.

El principal destino de las exportaciones pesqueras argentinas fue España con 425 millones de dólares. El principal puerto receptor de todo ese volumen fue Vigo, en la comunidad autónoma de Galicia, en el noroeste del país ibérico.

Galicia tiene una superficie de menos de 30 mil km2 donde viven 2,7 millones de personas. Para tener dimensión de lo que representa, tiene la misma superficie que la provincia de Misiones. Pero Galicia el año pasado, según destacó su Xunta semanas atrás, tuvo récord de exportaciones: casi 30 mil millones de euros.

En este escenario de crecimiento la pesca tuvo su aporte: las exportaciones del sector alcanzaron los 1839 millones de euros. Galicia generó más divisas por sus exportaciones pesqueras que toda la industria pesquera nacional, con una zona económica exclusiva de 2.809.237 km2 y una plataforma continental que se extiende por 6.500.000 km2.

“La contundencia de estos números debe hacernos reflexionar, hasta cuando seguiremos exportando materias primas sin procesar. Hasta cuándo le daremos la espalda a la cadena de valor agregado como instrumento sustancial de las economías regionales”, sostiene el dirigente Walter Castro, uno de los pocos en Mar del Plata que indaga sobre estas asimetrías que duelen.

Todos los dólares que le faltan al gobierno se generan en otro lado, lejos de Argentina, como en el caso de la pesca. Lo paradógico es que por el puerto de Vigo, que no solo construye barcos para modernizar la flota pesquera argentina cuando no los barcos de investigación que se rompen con demasiada frecuencia en el INIDEP, entran lo pescado en nuestras aguas que sale como comodities.

Porque buena parte de esa materia prima la aportan para su manufactura las filiales o empresas «mixtas» de Argentina, incluidas las incalculables capturas de su flota en Malvinas con permisos ilegales y lo que pescan los arrastreros gallegos al borde de las 200 millas.

Pero los españoles los reciben a Carmona y Ricardito, y se sacan una foto como muestra de preocupación por el tema “pesca”, así, sin más detalles que si aclaran oscurece, y apoyo a nuestro reclamo por la soberanía. Cínicos unos, payasos otros.


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