Por: Roberto Garrone
Entre todas las sandeces que pronunció Juan Antonio López Cazorla en los poco más de seis minutos que duró la reunión improvisada y forzada con los trabajadores del INIDEP reunidos en asamblea permanente en el hall del instituto, la más grave sin dudas fue cuando el Subsecretario de Pesca de la Nación dijo “El Consejo Federal Pesquero no es responsabilidad mía” se atajó, mintió el funcionario.
Ya no es Subsecretario de Pesca, hablemos con propiedad. A partir de mañana cuando se publique el decreto en el Boletín Oficial. Será “De Recursos Acuáticos y Pesca”. Solo un camuflaje. Lo importante pasa por desmantelar al INIDEP y la estructura de control y fiscalización.
Abro paréntesis… al cierre de esta columna, ninguna cámara empresaria se había pronunciado respecto a los despidos que resentirán la investigación y el control. Sí Frías porque siempre tiene cosas para decir. Casi siempre, bueno: no hubo repudio público para al capitán del TAI AN. Sorprende el silencio del SIMAPE al que le cortaron 13 afiliados en el Distrito Pesca. Quizás el acuerdo que colocó a Vega en la jefatura valga mucho más que un comunicado crítico. Cierro paréntesis.
“No vamos a despedir a nadie que trabaje”, había dicho Adorni, abonando el terreno para el último recorte, que no será el único. Una docena de inspectores embarcados de los 62 que despidieron, estaban en plena marea, trabajando. No les importa mentir: su electorado cree que el estado está plagado de vagos. Ellos son los que no trabajan para distinguirlos y sacarlos. Prefieren la brocha gorda de la injusticia y dejar en la calle biólogos en proceso de Doctorado.
Volvamos a Cazorla, sus torpezas y mentiras. El CFP es el organismo estatal, interjurisdiccional, encargado de definir la política pesquera del país y el principal regulador de la actividad pesquera marítima a nivel nacional. Lo dice la propia página del organismo.
Fue creado por el Régimen Federal de Pesca (Ley Nº 24.922), que marcó especialmente su carácter federal a través de la composición colegiada del organismo, integrado por cinco representantes provinciales, uno por cada provincia con litoral marítimo, y cinco representantes del Estado Nacional.
Entre sus principales funciones, dispuestas por el Artículo 9º de la Ley Federal de Pesca, se encuentran: el establecimiento de la política pesquera y de la política de investigación pesquera nacional, la planificación del desarrollo pesquero nacional, el establecimiento de la Captura Máxima Permisible por especie y las cuotas de captura.
A su vez, el CFP es el encargado de aprobar los permisos de pesca comercial y experimental, fijar las pautas de coparticipación en el Fondo Nacional Pesquero, establecer los derechos de extracción y fijar los cánones por el ejercicio de la pesca.
Nada de eso funciona porque está desactivado desde que Juan Antonio asumió como Subsecretario. Es cierto que hubo algunas demoras en la conformación del cuerpo tras los cambios de gobierno no solo nacional sino también en las provincias con litoral marítimo, pero ya pasaron 120 días del nuevo gobierno y el salón de sesiones se usa para reuniones ordinarias.
La Resolución 5 del año 2000 aprobó el reglamento del CFP, el cual es presidido por el propio Subsecretario como autoridad de aplicación, aunque de autoridad tiene poco. No tiene ninguna autonomía para defender el trabajo del INIDEP, el mismo instituto que había ponderado menos de dos meses atrás. Y no alcanza con poner la cara y decir mentiras como el último jueves.
Dignidad nunca tuvo. Si no se hubiese ido cuando le pidieron que entregue la lista de 82 trabajadores a los cuales el gobierno que representa no iba a renovarle el contrato en el INIDEP. Pretendió que lo aplaudan por haber salvado a 10 luego de acordar con Carozza y el resto de los jefes de Programas.
De esa lista, 7 son científico-técnicos, 2 administrativos y 1 marinero. La titular de la DNI había dicho que todos eran imprescindibles. Parece que hay algunos más imprescindibles que otros. No, ella tampoco renunció. Eso hubiesen querido algunos que buscan llegar al cargo. O regresar.
El Artículo 3 de la resolución 5/00 establece las atribuciones y deberes del Presidente del Consejo Federal Pesquero. Es DEBER de López Cazorla convocar al CFP. En mayúsculas a ver si lo entiende y se hace cargo que es el único responsable de la inactividad del cuerpo.
La duda por estas horas es si Juan Antonio miente por desconocimiento o por encargo de Economía que pretende aplicar la desregulación pesquera con el Consejo desactivado. Conocimiento le sobra a Cazorla.
Estuvo casi 15 años integrando el cuerpo como representante de la Provincia de Tierra del Fuego. Hasta cobró viáticos que nunca gastó en viajes al fin del mundo porque vivía en La Plata y levantó la mano en negociados inolvidables que se cocinaron en su recinto como el ingreso del “José Américo”.
El Artículo 9 de la Resolución 5 establece que el Consejo sesionará válidamente con la presencia de siete (7) de sus miembros, a la hora fijada en la convocatoria para la reunión. Transcurrida una hora, podrá funcionar válidamente con la presencia de seis (6) de sus miembros.
Y López Cazorla tiene quorum desde hace varias semanas. Él como presidente, los representantes de las 5 provincias. Ahí ya tiene los seis. Se puede sumar al protegido de Diana Mondino por Cancillería, que todavía no ha sido tachado ni se sabe si le aceptaron la renuncia. También está designado el de Medio Ambiente y uno por el Poder Ejecutivo: Silvia Gianggiobe y Juan Pazo, el super secretario del ministro Caputo, respectivamente.
La influencia de “Toto” en Pesca es total. El representante suplente de Pazo es Martín Fernández, como se publicó en esta columna semanas atrás. Veedor del ajuste del Ministro en la flamante Bioeconomía, todas las listas de despidos en el área pasaron por sus manos.
También ya están elegidos los tres representantes suplentes aunque todavía no fueron oficializados en el Boletín Oficial. Anoten los nombres de Miguel Schmukler, Ariel Pszemiarower y Aixa Granara. Todos responden al Ministro de Economía. Lo mismo que hace Juan Antonio López Cazorla y sus mentiras.
Buen domingo