Por: Roberto Garrone

Esta semana regaló otro hecho paradójico en la industria. Mientras en Madryn se desarrollaba la asamblea anual de ADEPA, con la participación de referentes de la actividad pesquera como Giuliano Vestuti y Agustín de la Fuente, las cámaras que representan a ambos, CaFACH y CAPIP habían formado parte de un comunicado que advertía por los costos de transporte y logística.

Esa certeza expuesta por los dirigentes pesqueros en el encuentro con periodistas de todo el país de que el sector no comunica o lo hace mal, cuando hay muchas cosas positivas de las que vanagloriarse, como el nivel de exportaciones, la generación de empleo, sustentabilidad de las principales pesquerías… etc, quedó reflejada en el comunicado que firmaron además CaPeCa y CEPA.

Las patronales advirtieron que el sector no está en condiciones de afrontar nuevos incrementos en los costos de transporte y logística, en un contexto al que calificaron como “crítico” para la sostenibilidad de la actividad.

Pero el comunicado no contenía ningún dato duro ni comparativo que marcara la evolución del costo en los últimos años. Esa forma de comunicar, parcial, incompleta, no ayuda a dimensionar el problema.

Porque no había cifras de incrementos, valores de los fletes, del muelle a las plantas de reproceso, el traslado de cajones vacíos, la provisión de hielo y cartón, el viaje del contenedor hasta su exportación en puerto… nada.

En el comunicado sí subrayaron que “la coyuntura actual, marcada por los recientes conflictos laborales que demoraron el inicio de la temporada, hace inviable cualquier incremento adicional de tarifas”.

El Presidente de CAPIP reveló que estaban trabajando en registrar la evolución que mostraban los costos y reconoció que están “totalmente distorsionados desde el inicio, lo que incide de mayor manera en el producto final”.

La pelea de fondo que no exponen en el comunicado es la disputa con la Cámara de Transporte de Puerto Madryn (CTPM) y la CELTAP, la Cámara Empresaria de Logística y Transporte Automotor de la Patagonia, que conduce Tomás Oliver, dueño de una amplia y moderna flota de camiones y también de un par de barquitos artesanales en Rawson.

La cámara aplicó un 8% de reajuste en el valor de los servicios a partir de marzo y sumó un par de adicionales como el pago adicional si se superaban los 600 cajones (por lo general llevan 650, que son los que entran en la caja térmica). Valor adicional del 10% por el servicio de frío y adicional por hora de espera.

El viaje local del puerto de Madryn al Parque Industrial, Rawson o Trelew, 561 mil pesos. El flete de Madryn a Mar del Plata, 4,5 millones; de Camarones a Mar del Plata, 5 millones; de Madryn a Deseado 3,3 millones.

El reajuste pasó casi desapercibido tras el epílogo de la temporada de pesca en provincia. Una vez desatado el nudo que permitió la apertura tardía en Nación comenzaron a llegar las facturas con el aumento y desde la CAPIP pidieron, sin éxito que se dejara sin efecto.

“Cobran esos valores a la pesca, cuando hacen la temporada de fruta y van al Alto Valle cobran el 40% de lo que nos cobran a nosotros”, confió un industrial con fábrica en Madryn.

Claramente más que un comunicado informativo lo de las cámaras fue un mensaje teledirigido a la CELTAP con el propósito de frenar la actualización de tarifas.La pesca chubutense está con la guardia alta. Ahora que bajaron el precio del langostino entero, congelaron los precios con SUPA y cerraron una paritaria sensata con STIA, todos elementos que confluyeron para recuperar cierta rentabilidad que habían perdido por subsidiar la paz social durante años en la provincia, ahora no quieren abrir goteras que la desagoten.

La única cámara marplatense que acompañó el comunicado es CEPA. Con los fuertes vínculos que la ligan con CaIPA, bien podría haberla firmado también el Dr. Rivera, lo que demuestra que la relación quedó dañada luego que lo marginaran de las negociaciones con la flota tangonera congeladora.

En el puerto marplatense funciona una cámara de transportistas. La preside Franco Di Meglio. Consultado por la evolución de costos en el transporte que exponen desde el Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas, el transportista aseguró que los precios no se tocan desde enero del 2025. Tal vez eso explica porque no lo firmaron las otras cámaras empresarias de la pesca local.

“No aumentó un centavo. El flete Madryn-Mar del Plata sale 2,8 millones de pesos; lo mismo que cuando abrió la temporada de nación”, confió un armador que cruza el Rio Negro y Colorado con langostino dentro de cajas térmicas.

¿Hay dos tarifas distintas por el mismo viaje que varía según dónde se lo contrate?. ¿Un mayor número de viajes puede abaratar tanto el precio del flete?.¿Cada uno cobra lo que le parece y a la pesca siempre le cobran más?. Todas las respuestas pueden ser correctas.

Pareciera que el costo del transporte deglute la rentabilidad de la industria pesquera en Patagonia y no lo hace en Mar del Plata. Queda claro cuando terminaron de hacer las cuentas los armadores que todavía animan la zafra de anchoa.

Ese pescado se descarga en Rawson y ante la falta de un polo industrial conservero en Chubut, viaja más de mil kilómetros en camiones por la ruta para ser reprocesado por la industria marplatense.

El arreglo con las fábricas locales ronda los 95 centavos de dólar por kilo, puesto en Mar del Plata. Uno de los barcos que participa de la zafra facturó por la venta de la materia prima 250 millones de pesos el mes pasado.

De ese total, el costo de mandar el pescado para acá, le salió 80 millones de pesos. En ninguna industria que, lejos de querer prosperar, pretenda no perder plata, el costo del transporte nunca podría representar el 31% de la facturación.

Buen domingo

Foto: Revista Puerto


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