Desde el frente de liberadas y liberados del Movimiento Evita Mar del Plata, expresan preocupación ante la noticia conocida respecto del caso positivo de COVID 19 a una enfermera que se desempeña en la Unidad Penal 44 y denuncian que las condiciones en la hoy se encuentran las Unidades Penales del Complejo Batán constituyen un grave riesgo para la propagación del virus.

Este escenario fue advertido por la referenta del espacio Canela Bella, quien en el marco de un banderazo que tenía por fin visibilizar los reclamos de detenidas/os y familiares en las puertas del palacio de Tribunales el pasado 19 de junio, anticipó que “Estamos en la puerta de un masacre humanitaria dentro de las cárceles”.

Actualmente en la U.P 44 se encuentran privadas de la libertad aproximadamente 529 personas, siendo que con fecha 19/4/2018 en el marco de la causa nº4924/1 “actuaciones art.25 cpp s/ cupo carcelario up 44″ el Juez a cargo del Juzgado de Ejecución Penal nro. 2 fijó un cupo de alojamiento en una primera etapa, en 372 plazas, 4 por celda, hasta el 18 de abril de 2021 sin contar en ambos casos el pabellón de tránsito (e) y el área de separación de convivencia. Lo que arroja una superpoblación del 42% en un contexto de pandemia.

No sólo preocupa la circulación del virus en contextos de encierro por la potencial rápida propagación, sino también, porque las condiciones materiales en las que se encuentra el Área de Sanidad son extremadamente precarias, deficientes y peligrosas.

El sistema de salud en las cárceles no depende del Ministerio de Salud. La atención sanitaria de las personas privadas de su libertad se encuentra a cargo de la Dirección Provincial de Salud Penitenciaria, dependiente de la Subsecretaría de Política Penitenciaria del Ministerio de Justicia, la cual está supeditada al orden y la seguridad intramuros.

El desplazamiento de las personas privadas de la libertad al Área de Sanidad está intermediado por el personal del S.P.B, es decir que “la llave” para acceder a la atención médica se encuentra en manos del personal penitenciario. En caso de lograr acceder, las detenidas y detenidos reciben atención por agentes de salud dentro de las unidades, en condiciones precarias, por la falta de insumos, mala infraestructura, falta de higiene y escasos recursos sanitarios.

Además, desde el dictado del A.S.P.O en el mes de marzo de este año las horas para estar fuera de las celdas se vieron reducidas, se suspendieron las visitas, los talleres culturales y todas las actividades educativas y recreativas, con la agravante de que no se está brindando atención psicológica ni psiquiátrica, lo que genera gran preocupación por la salud mental de los y las detenidas.

El Servicio Penitenciario Bonaerense no permite el ingreso de indumentaria, frazadas y todo elemento necesario para hacer frente al invierno y sus bajas temperaturas, como tampoco se encuentra garantizada la provisión de cloro, alcohol, barbijos ni guantes. Únicamente se distribuye una mínima (e insuficiente) cantidad de cloro por pabellón.


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