Buenos Aires, 23 de enero de 2025 – Tal como ocurriera en el verano de 2016, una foto de un turista sosteniendo a un delfín en un balneario de la Costa Argentina está estremeciendo las redes sociales. En 2016 en Santa Teresita, en 2025 en Mar del Tuyú, pero las situaciones parecen calcadas. En ambos casos el delfín es de la especie Pontoporia blainvillei (conocido popularmente como delfín franciscana) y las dos situaciones llevaron a la muerte del ejemplar.
Desde Fundación Vida Silvestre Argentina alertan que la franciscana, o delfín del Plata, es uno de los delfines más pequeños del mundo: mide entre 1.30 y 1.70 m de largo y es una especie vulnerable a la extinción, según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Su piel, de tonos marrones, recuerda al hábito de los monjes franciscanos, por lo que recibe ese nombre común.
Esta especie emblemática de los mares de nuestro país, y que por un hecho lamentable vuelve a ser noticia, se encuentra únicamente en Argentina, Uruguay y Brasil. En nuestro país vive principalmente en las costas de la provincia de Buenos Aires.
En referencia a lo ocurrido en Mar del Tuyú con una cría de franciscana, Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre, profundizó: “Se estima que hay solo 30.000 delfines franciscanas en total en toda su distribución, la cual es muy limitada en Uruguay, Brasil y Argentina. El potencial de recuperación de esta especie es muy bajo: las hembras a los 2 o 3 años tienen una única cría que queda a su cuidado por uno o dos años. Además, la franciscana, como otros delfines, no puede permanecer mucho tiempo fuera del agua. Tiene una piel muy gruesa y grasosa que le proporciona calor, por lo que la intemperie rápidamente le provoca deshidratación y la muerte.”.
Su principal problema es la captura incidental en redes de pesca: unos 500 a 800 delfines son capturados anualmente en las redes agalleras de los pescadores de la Provincia de Buenos Aires. Las hembras cuidan a su única cría por uno o dos años y sin la madre, la cría puede desorientarse y morir. Por este motivo, el accionar de los turistas y de las personas que tengan un encuentro con un ejemplar es crucial para la supervivencia de una especie vulnerable y en peligro.
En este preocupante contexto, desde Fundación Vida Silvestre se refuerza la necesidad de continuar informando a la población que visite las costas de Argentina sobre la importancia de no remover esta especie del mar, y de facilitar el regreso al agua en caso de encontrarse con un ejemplar en la orilla. Las decisiones que se tomen ante esta situación son cruciales para la protección y preservación del delfín franciscana.
“Pensamos que la triste situación en Santa Teresita que le valió a la franciscana ser considerada como Monumento Natural de la Provincia de Buenos Aires en 2017 iba a ayudar a que situaciones como esta no se iban a repetir. Lamentablemente nos equivocamos. Los delfines están considerados entre las especies más inteligentes del planeta; aprendamos de ellos, una foto nunca puede ser más importante que la vida” concluyó Jaramillo.