Buenos Aires, 2 de diciembre de 2024.- Enmarcado en el Día del Médico, que se conmemora el 3 de diciembre, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) emitió una comunicación expresando su gran preocupación por la situación crítica que viene atravesando la salud pública infantil en general y en especial, el ejercicio profesional del pediatra en todo el país.

‘El futuro de la pediatría en todas sus dimensiones, con un impacto directo en la atención de niños, niñas y adolescentes, demanda soluciones urgentes que garanticen a los pediatras del país condiciones laborales y remuneraciones acordes a su formación y compromiso’, explican en el documento, que está firmado por la Comisión Directiva de la SAP.

“Un pediatra deposita muchos años en su formación de grado y posgrado, esfuerzo y trabajo, aproximadamente 10 años para la pediatría general y 12 años para una subespecialidad, años que luego no son debidamente remunerados. Resulta especialmente doloroso ver que, pese a los logros y reconocimientos alcanzados, la pediatría argentina enfrenta hoy desafíos significativos y preocupantes en un contexto de crisis económica, sanitaria y vocacional”, afirma el Dr. Miguel Javier Indart de Arza, presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría.

“No es un dato menor que el trabajo del pediatra esté subvalorado, como lo evidencian salarios que, en alrededor del 70% de los casos, obligan a los profesionales a desempeñarse en múltiples empleos simultáneamente. Esta situación genera insatisfacción, estrés personal y laboral, además de limitar el tiempo y los recursos destinados a la formación, la investigación y la docencia. A ello se suma la escasez de tiempo para la vida familiar y el esparcimiento personal, lo que agrava el estrés y expone al profesional a frustración y pérdida de motivación hacia su vocación”, sostuvo por su parte el Dr. Edgardo Flamenco, secretario del comité de Ejercicio Profesional de la SAP.

“Resulta especialmente doloroso ver que, pese a los logros y reconocimientos alcanzados, la pediatría argentina enfrenta hoy desafíos significativos y preocupantes en un contexto de crisis económica, sanitaria y vocacional. No es un dato menor que el trabajo del pediatra esté subvalorado, como lo evidencian salarios que, en alrededor del 70% de los casos, obligan a los profesionales a desempeñarse en múltiples empleos simultáneamente. Esta situación genera insatisfacción, estrés personal y laboral, además de limitar el tiempo y los recursos destinados a la formación, la investigación y la docencia. A ello se suma la escasez de tiempo para la vida familiar y el esparcimiento personal, lo que agrava el estrés y expone al profesional a frustración y pérdida de motivación hacia su vocación”, subrayó el Dr. Indart.

“Es alarmante la disminución del número de pediatras activos en nuestro sistema de salud, algo que inevitablemente conlleva al lento pero constante deterioro de lo construido durante tantas generaciones. Hoy más del cincuenta por ciento de las residencias pediátricas y de especialidades no pueden completar su planta mínima. Muchos servicios de pediatría, neonatología y terapia intensiva pediátrica a lo largo del país han quedado devastados en los últimos años, sin profesionales para cubrir las guardias, que en algunos casos han tenido que cerrar. También vemos un éxodo de especialistas hacia ámbitos mejor remunerados. Las consecuencias serán enormes para el sistema de salud, especialmente para la niñez, la adolescencia y sus familias. Años de decisiones tomadas sin entender y escuchar las necesidades del ejercicio profesional pediátrico ocasionaron, al menos en parte, esta situación”, consignó la Dra. Natalia Gamba, vocal del Comité de Ejercicio Profesional de la SAP.


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