Coincidentemente con los festejos de los 150 años de Mar del Plata, “El Torreón” realizó una celebración especial que reunió a los principales representantes de la sociedad entre autoridades políticas, empresarios, referentes culturales, del espectáculo, del deporte y destacadas personalidades.

La ceremonia comenzó con la presentación de la actriz Graciela Borges junto a la cantante Adriana Barcia, quienes interpretaron un especial homenaje de la historia y la leyenda del Torreón, entre música y palabras que puso una cuota de emoción a los presentes.

La conducción de los 120 años del “Torreón” estuvo a cargo de “Teté” Coustarot quien le dio la palabra de bienvenida a la anfitriona, María del Carmen Sarlo que expresó: “Es una noche muy especial, me emociono inevitablemente, porque la historia del lugar es muy particular y se entrelaza con la historia de mi familia. Con Domingo (Parato) vivimos una gran historia de amor, de proyectos y de trabajo. A partir del año 1979 hasta hoy no hay un día que no escuche hablar de “El Torreón”. Tuve el placer de haber podido conversar mucho con Domingo, de habernos sentado a soñar y poder imaginar cosas que hoy, son realidad” y agregó: “Mis hijos tienen las mismas ganas que Domingo: las ganas de hacer cosas por Mar del Plata y eso se hace todos los días, con trabajo y con amor”.

Durante el evento, el intendente Guillermo Montenegro también destacó el emblema que significa el Torreón para Mar del Plata. “Son lugares que tienen que ver con nuestra ciudad, va más allá de un emprendimiento que tiene que ver con lo comercial, tiene que ver con la pasión”.

Posteriormente Montenegro indicó: “Verlo como está hoy mes hace decirles muchas gracias como marplatense y en este año tan particular que la ciudad cumple 150 años. Ver tanta pasión en la gente de nuestra ciudad, me llena de orgullo. Muchas gracias por lo que hacen”.

Por su parte, Rodolfo Parato dijo: “La fuerza para seguir la sacamos de nuestros padres, y de muchas fuentes de inspiración, algunas más cercanas, otras más lejanas, que son nuestros ejemplos y siempre nos motivan desde su rol de emprendedores, con pasión.”

Durante la celebración se realizó el reconocimiento al empresario Guibert Englebienne, por la pasión que representa el “gen emprendedor marplatense”. Al momento de recibir la obra de arte especialmente realizada por el artista plástico Felipe Giménez titulada “Es tiempo de aprender a manejar los tiempos”, emocionado Englebienne dijo: “Mar del Plata atesora infinitos recuerdos e historias vividas aquí. Este momento es muy importante porque me une a mis raíces. Hace unos días celebramos 20 años de Globant y quisimos homenajear nuestros comienzos y tuvimos la idea de construir el bar donde nos habíamos conocido, en el medio de Wall Street donde hoy estamos en la bolsa de New York. Lo hicimos para recordarnos de dónde habíamos salido y los comienzos, de cuando no teníamos nada. La historia de nuestra empresa nace a 20 metros de donde estamos hoy en las playas del Torreón en Las Toscas, ahí nacieron mis ganas de explorar, curiosear y de estar en constante cambio”.

Un castillo junto al mar..

Con el correr de los años, este edificio fue testigo de una gran cantidad de transformaciones de otros edificios de la zona; pero su identidad paisajística se mantiene intacta.

A comienzos del siglo XX, hacia 1905, el Torreón del Monje comenzó como un proyecto privado de Ernesto Tornquist, quien encargó la construcción de una torre al arquitecto alemán Karl Nordmann, que años más tarde fue donada a la ciudad.

En sus inicios era un edificio más pequeño, conocido bajo el nombre de Torre Pueyrredon; pero con el correr del tiempo pasó a llamarse Torre Belvedere, hasta adquirir su actual nombre.

Este primer edificio era una torre para avistar el mar donde vivían unos caseros. Sin embargo, hacia 1927, se hace una reforma muy importante: la construcción de una explanada que da hacia el mar.

Tuvo múltiples usos, entre ellos sede del aristocrático Pigeon Club local (tiro a la paloma) y del Círculo de Oficiales de la Marina, por la década del ‘60.. Hacia finales de la década del 70, el empresario marplatense Domingo Parato comenzó a trabajar en la puesta en valor de un edificio que en ese momento estaba abandonado y con riesgo de demolición.

Puesta en valor

A partir de la década de 1970, Domingo Parato, un empresario importante de la época, comenzó a trabajar en la puesta en valor de la unidad, convirtiendo al Torreón del Monje en una de las postales icónicas de Mar del Plata.

Uno de los mayores logros de Parato fue la construcción de dos escolleras, obras impensadas en 1980, que junto con el sembrado de arena permitieron formar una playa que para muchos era de imposible realización. Hoy donde antes solo había piedras y ruina, los turistas y locales pueden disfrutar de una playa con vista única.

En 2012, la nueva generación de la familia comenzó a pensar una nueva funcionalidad para el lugar. El lugar creció en superficie hasta llegar a los 2.000m2.

Los diferentes rincones, a su vez en distintos niveles, permitieron generar usos y facilidades. Allí se encuentra la tradicional confitería con todo su despliegue gastronómico, un espacio cultural con sector de lectura, un gimnasio y un gran lugar para eventos sobre la explanada con una vista 360 de la ciudad.

A su vez, en la temporada 2017-2018 se inauguró Torreón Club de Playa, donde antes sólo había tosca; se equipó con pileta, vestuarios y todos los servicios esenciales para el turista.

El Torreón del Monje hoy cuenta con servicios las 24 hs, en sus salones dentro del castillo o en sus diversos aterrazados todos frente al mar. Además cuenta con un salón de eventos con capacidad hasta 1200 personas. Productos turísticos y para los habitantes de Mar del Plata para todos los públicos. Para grandes y chicos.

Lugar emblemático de notas turísticas, terraza y café que albergó a políticos de todas las épocas, actores, personalidades de distintos ámbitos, siempre teniendo como anfitrión a la familia Parato.

Por su dedicación y compromiso con el Torreón, Domingo Parato fue nombrado Miembro Honorario del Centro Internacional de Conservación Patrimonial y reconocido por el Municipio de General Pueyrredón con el Mérito Ciudadano.

También el Torreón del Monje fue declarado de Interés Turístico Nacional, Provincial y Municipal; y Bien de Interés Patrimonial determinando su conservación y protección.


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