Un grupo de padres, madres y/o adultos
responsables autoconvocados; de los alumnos y alumnas de cuarto año del
Instituto Polivalente de Arte (ESEA Nro. 1) de la ciudad de Mar del Plata, resolvieron expresar su preocupación sobre algunas circunstancias que se vienen suscitando en torno al dictado de las clases de danza en la institución.
A través de una nota dirigida al Consejo Escolar de General Pueyrredon, señalaron que históricamente las aulas donde se practican danzas escénicas y folclóricas no se encuentran en condiciones para desarrollar dichas actividades con normalidad, ni se garantiza el debido resguardo de la integridad física tanto de los/as alumnos/as como de los/as docentes.
Tales circunstancias se pusieron de manifiesto la semana pasada durante la primera reunión convocada por la escuela desde que sus hijos/jas comenzaran su escolaridad en la misma en el año 2020.
En esta oportunidad, entre otras circunstancias, solicitaron respuestas en torno a las siguientes cuestiones:
a) Estado de las aulas de danza: resulta inadmisible que los/as alumnos/as y docentes tengan que llevar adelante sus clases en aulas donde no se pueden utilizar zapatillas de punta, media punta y/o no pueden tirarse al piso porque los mismos no se encuentran en condiciones o no son acordes para desarrollar las actividades propias de la especialidad. Los/as alumnas se clavan astillas, sufren
resbalones o torceduras a causa del paupérrimo estado de las instalaciones. Las condiciones de los pisos afectan también el aprendizaje de los zapateos, que requieren de una estructura de pisos
que permita el repique, afectando no sólo la calidad de los aprendizajes, sino también la salud de los/as estudiantes repercutiendo en sus articulaciones afectando a su salud. Si bien para la práctica de danza escénica, se han podido cambiar los pisos de dos aulas, ello fue
gracias al esfuerzo de los/as docentes que con festivales lograron juntar el dinero para reparar los pisos.
b) Faltante de baños y pésimo estado de los existentes: El presente reclamo fue oportunamente manifestado durante la
pandemia y las condiciones no sólo no han sido solucionadas sino que se han agravado con el retorno a la presencialidad plena de toda la
comunidad educativa cuya matrícula asciende casi a 600 alumnos/as y la escuela cuenta con 3 baños: 1 para varones -3 mingitorios y un inodoro- y dos para mujeres -con 5 inodoros en total-. No hay que ser expertos en arquitectura, para darse cuenta que NO SON
SUFICIENTES, y tampoco en Seguridad e Higiene para saber que se están contraviniendo normas que ponen en riesgo a nuestros/as hijos e hijas y también a los/as docentes.
c) Condiciones de higiene: es imperioso reforzar la higiene de la institución, toda vez que la misma es insuficiente. Nos preocupa la falta de auxiliares y/o la poca colaboración de los que se encuentran
desarrollando sus tareas en la escuela. Ello conlleva, que nuestros/as hijos/as deban realizar tareas de mantenimiento, limpieza de aulas, correr y sacar bancos bajo la excusa de que el estatuto de los
auxiliares les impide realizar dicha tarea, quedando las mismas a cargo de los propios/as alumnos/as quiénes ya han sufrido lesiones por realizar las mismas. Resulta inadmisible que un estatuto gremial, ponga a los/as alumnos/as en situaciones de riesgo físico, y los/as exponga a sufrir lesiones que ya se han registrado en la institución. Dicha
circunstancia debe ser atendida con carácter de urgente, a fin de evitar
lesiones irreversibles o que pudiéramos lamentar como comunidad educativa.
Tras lo planteado por el grupo de padres a las autoridades del Consejo Escolar, sostuvieron que las alarmantes condiciones reseñadas, atentan contra el aprendizaje de los/as alumnos/as y los pone en una situación de desventaja ante otras instituciones privadas que cuentan con las condiciones edilicias requeridas
para el óptimo proceso de enseñanza y aprendizaje de danza escénica y de
folklore, incrementado la brecha entre instituciones públicas y privadas.