El artista Walter Rua tiene un largo recorrido por los escenarios de nuestra ciudad, pero uno de ellos ha sido especialmente destacado tanto en su propia carrera como en la historia de toda la escena cultural regional. Se trata de Elvis Café, un espacio que abrió en 1994 y que hace ya 15 años cerró sus puertas, pero cuya impronta en la identidad local aun sobrevuela las historias de numerosas bandas y solistas que pisaron su escenario.

Rua fue el artífice principal de todo eso y en el libro, que se encuentra en proceso de escritura, se propuso recrear aquellas imágenes desde un punto de vista personal, buscando compartir esa idea que desde hace tiempo le da vueltas: Las crónicas de Elvis Café.

“Empecé a pensar esta idea ni bien cerré el negocio, viendo el efecto que causó en el público el acontecimiento -cuenta el músico. Yo seguí con mi actividad artística y hasta el día de hoy, al finalizar mis presentaciones, se me acercan personas contándome sus momentos vividos en el bar, anécdotas, parejas que se formaron, varias se constituyeron en familias e incluso traen a sus hijos”, se sorprende Rua.

El artista dice que, en cuanto se enteró del Programa Cultural de Emergencia Convocarte -una iniciativa de la Secretaría de Cultura para apoyar el desarrollo de los artistas marplatenses y batanenses en este contexto adverso-, no dudó en armar el proyecto: “Se reactivó en mí la idea de materializar el proyecto en forma de libro, ya que me parece el mejor formato para estas Crónicas”.

-¿Quiénes son los primeros artistas que se le vienen a la cabeza cuando recuerda las épocas de Elvis Café?

-Son muchísimos. Si tengo que nombrar algunos diría que pasaron Joaquín Sabina, Charly García, el inolvidable Norberto Napolitano “Pappo”, Bersuit Vergarabat, Ataque 77, Los caballeros de la quema, Menphis La Blusera, La Mississippi Blues band, Ratones Paranoicos, Las Pelotas, Jaf, Virus, Lito Nebbia, Nito Mestre, Miguel Cantilo, Vox Dei, Moris, Raul Porcheto, Súper Ratones, Fabiana Cantilo…y podría seguir con tantos más.

¿Cómo nació la idea de un bar temático que después se convirtió en otra cosa y trascendió todos los géneros?

-Para contar como nació Elvis tengo que remitirme al comienzo del libro. Fue en el año 1994, en el barrio Chauvin (el primer Elvis fue en la calle Córdoba, entre Quintana y Saavedra). Mi idea primigenia del negocio fue la de un sitio temático totalmente decorado en base a la figura de Elvis Presley; con un shop en el que se vendían discos, remeras, accesorios, libros, videos y demás productos exclusivos relacionados con el artista; con su música sonando todo el tiempo de fondo y en una pantalla gigante se proyectaban permanentemente sus conciertos y películas.

Pero este concepto de lugares temáticos, que funcionaba bien en muchas partes del mundo, acá no pegó, así que fue cambiando el rumbo original y nos enfocamos a desayunos, almuerzos, cafetería y fútbol codificado. Pero yo quería más y así comencé a tratar de armar la noche.

En el año 1998 se produjo la mudanza al inolvidable local de la calle Almirante Brown, entre Córdoba y San Luis, hasta el cierre definitivo en el año 2005. Fueron 11 años que marcaron un hito en la historia musical de la ciudad. Así fueron los comienzos, es parte de lo que cuento al principio del libro, pero todo esto ocurría sin que yo pudiera imaginar ni en mis mejores sueños lo que estaba a punto de comenzar.

¿Cuál piensa que fue el rol o la relevancia que tuvo este espacio en el entramado cultural de nuestra ciudad?

-El rol que tuvo Elvis fue, básicamente, ser un lugar donde se respetaba al músico tanto local como nacional, brindando las mejores condiciones a mi alcance tanto en la parte técnica como la seguridad, profesionalizando la actitud de las bandas para con el público. La música era la protagonista absoluta del lugar eso fue muy valorado por la gente y obviamente por los músicos.

Con Elvis trate de cambiar el concepto en el que simplemente se corrían unas mesas y en un rincón se amontonaba la banda. Fijate si será real lo que te digo que el escenario ocupaba el 25 % del local, y eso se notaba mucho. Pienso que gran parte del éxito pasó por ahí… además de las sorpresas. Por ejemplo: una noche ibas a tomar algo y se aparecía Charly García a tocar.

-¿Cuáles son sus expectativas respecto de este libro: Crónicas de Elvis Café?

-Yo tengo en claro que Elvis no fue un lugar más, trascendió mas allá de sus paredes en la sociedad. Por eso busco contar en primera persona la historia del bar de manera amena y real, recordando los cientos de artistas que brillaron en ese mítico escenario. Volcar una infinidad de anécdotas de los grandes de la música que dejaron su huella, además de mis experiencias personales con varios de ellos con los cuales, en algunos casos, la relación profesional se volvió amistad.

¿Qué anécdotas o momentos emocionantes le gusta recordar de la experiencia vivida en los años de Elvis café?

-Anécdotas muchísimas, las guardamos para el libro jajá, en cuanto a momentos emocionantes indudablemente Charly, Sabina, hubo cosas increíbles e inolvidables que jamás creí que viviría. Fue una época vivida con mucha intensidad, ahí me convertí en artista y principalmente comprendí lo que significa ser un Artista.


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