Por: Juan Gustavo Di Iorio – Ingeniero Ambiental

La comisión de Ambiente del Concejo Deliberante aprobó, sin modificaciones, el pliego de Licitación de Operación y Mantenimiento del Centro de Disposición Final de la Ciudad de Mar del Plata.

El documento con 63 millones de pesos por mes para la futura contratista durante cuatro años -con posibilidad de extensión a dos años más- describe las operaciones que la empresa deberá realizar en la Planta Social, confirmando las mismas actividades -descargar los residuos en el piso del Playón- que actualmente ocurren.

El mencionado lugar dentro del Centro de Disposición -delimitado por alambrado perimetral y estructuras defensivas de tierra- está formado por tres sectores operativos: el Playón, con tinglado sin paredes laterales y piso de cemento; el de Acopio, con piso suelo – cal, donde son colocados los bolsones con residuos recuperados y el de Refugios, con un conjunto de construcciones precarias, donde ocurre la comercialización.

A la vez que los camiones recolectores vuelcan la carga en el piso del tinglado, los recuperadores informales están presentes y comienzan a trabajar en forma individual y manual, seleccionando y recolectando los residuos. Los colocan en bolsones que apoyan sobre sus espaldas y en general lo trasladan al Sector de Acopio. La venta suele ser a intermediarios habilitados por el Municipio en el Sector de Refugios. La información oficial es que ocurre el 25% de ventas en el sector. De contar con movilidad e ingreso permitido pueden venderlo directamente a acopios de la ciudad, siendo el 75% restante de la comercialización. Para ello, los que no cuentan con vehículo, suelen acumular la carga durante dos o tres días, pernoctan en el sitio, hasta que contratan un flete que retira los residuos recuperados.

La Planta Social ha resultado ser el punto de primera descarga de los residuos del Centro de Disposición Final. La acción modifica el proceso mecanizado formal por uno precario e informal, con volúmenes no aconsejables de manejo manual, resultando insalubre, ineficiente y costoso.

El lugar no cuenta con la infraestructura y la tecnología necesaria y opera volcando y esparciendo en el piso del playón al menos el 60% del total de los residuos que genera la ciudad por día.

Sobre el cemento del Playón, los líquidos que traen los residuos –aumentados en días de lluvia- no tienen donde escurrir y colectar y los trabajadores hacen la tarea sobre barros. Las descargas también suceden -con frecuencia importante- en el Sector de Acopio, donde el piso de suelo cal, es la barrera para evitar la filtración de líquidos en las capas del suelo, mientras las estructuras de contención de tierra -aplicadas en las zonas más bajas- buscan -muy ineficazmente- evitar la escorrentía hacia lugares linderos.

Las condiciones de la Planta Social hacen que las medidas de Seguridad e Higiene no existan, aunque halla profesionales en la materia presentes. Las acciones contra la proliferación de vectores y protección contra microrganismos es muy difícil de realizar, al estar el sector cubierto de residuos que deben ser manipulados. La observación de campo determinó que las quemas suceden prácticamente a diario –además de dañar la estructura del suelo con potencial percolación de líquidos-, afecta la calidad de aire a nivel de suelo, exponiendo a unas 200 personas por día -según datos oficiales- entre asistentes sociales y recicladores. Desde el lugar también suceden voladuras de residuos con afectación visual y a campos vecinos.

Para el relleno sanitario específicamente, han considerado la reducción de volumen para tres fracciones. Consiste en principio en moler, “chipear” y triturar, las fracciones de escombros, ramas y neumáticos y valorizar al menos una de las tres.

Ante la consulta al personal del lugar, acerca de que el proceso involucre la instalación de una Planta, la respuesta fue un rotundo -¡No!-. Solicitan algo básico como propuesta de la contratista, para reducir el volumen a confinar.

Los problemas de Lixiviados y Biogás, no están considerados.

El sistema de captura activa y quema de biogás no ha funcionado y ha sido vandalizado. El pliego no hace mención alguna a la gestión del biogás. Una empresa externa al lugar y quiera participar de la licitación, no sabrá que debe hacer con su tratamiento.

La respuesta -muy acotada- dada por el EMSUR, de que el gas es colectado por la tubería de líquidos lixiviados, es correcta en parte. En realidad, el gas migra en el interior del relleno hacia todos los espacios libres y finalmente se ¡ventea solo! por donde puede y el gas Metano quiera.

La Planta de Lixiviados del Centro de Disposición no tiene la capacidad suficiente para tratar los líquidos. Las obras de ampliación habían comenzado y luego fueron detenidas. El pliego actual no incluye el aumento de su capacidad de tratamiento. El excedente de lixiviados es enviado mediante camiones a la Planta de OSSE del Puerto, para ser bombeados desde allí, a la Estación de tratamiento de Camet.

El documento continuará su recorrido en la Comisión de legislación. En esta instancia es de esperar modificaciones sustanciales al contener llamativamente una serie de condiciones que opacan los principios licitatorios.

Un pliego que además de errores – equivoca el nombre del equipo de laboratorio- contiene contradicciones al solicitar estacionamiento semicubierto para los asistentes municipales, a la vez de no incluir obras fundamentales para mejorar -con urgencia- las tareas operativas de las personas que más riesgo conllevan.

El pliego enviado por el EMSUR, con el aval del Intendente y aceptado por la Comisión de Ambiente, al momento sostiene el drama humano -en una acción de indiferencia por la salud y dignidad de los trabajadores informales-, y está lejos de los principios éticos licitatorios y de mejores resultados en la cuestión ambiental.


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