Por: Roberto Garrone

Cuando apenas pasaron un puñado de horas desde que se conoció el detalle de la Resolución 9/22 con la que el Consejo Federal Pesquero modificó aspectos vinculados con el manejo de la pesquería de langostino patagónico, ya se distinguen de manera tangible sectores que han salido fortalecidos y otros golpeados tras la publicación del acta tras la reunión que se realizó en Mar del Plata.

Golpeados un poco por la sorpresa que les generó leer algunos contenidos de la nueva norma que no esperaban y otro poco por no ver reflejados otros aspectos que creían que se cristalizarían en la Resolución. Desde lo administrativo al menos porque hasta ahora el mal tiempo dominó la escena en la zona de veda permanente de merluza habilitada para pescar el marisco. 

Las sonrisas se pueden descubrir entre algunos pescadores de Mar del Plata. Puntualmente entre los armadores fresqueros de altura que mantienen las 72 horas de duración de la marea, entre el primer lance de pesca y el arribo a puerto, pudiendo demorar otras 24 si hubiese razones que asi lo justificaran y se avisara a Prefectura. 

Aunque la mayoría de las descargas de la flota marplatense se realiza en puertos patagónicos y el langostino alimenta las plantas de reproceso en suelo chubutense, la intención del sector pesquero de Chubut era que se fije un plazo mayor de plazo, 96 horas entre salida y entrada a puerto.

Sostienen que de esta forma se garantiza una mayor calidad en las capturas y los frigoríficos pueden aprovechar al máximo las capturas. La temporada pasada hubo quejas repetidas que hacían foco en que el camión que cargaba los primeros cajones de la marea iba directo a tirarlo a la basura. 

En Mar del Plata creen que la decisión de achicarles el margen de juego tiene que ver con la intención de obligarlos a descargar en puertos provinciales y no en Mar del Plata. Esto no es algo que hagan seguido, pero algunos barcos lo aplican, sobre todo llegan para reemplazar tripulaciones y otros por acuerdos para alimentar con langostino fresco frigoríficos locales.

El primero que exteriorizó la bronca de Chubut tras la nueva Resolución fue el propio representante de la provincia en el CFP. Adrián Awstin hizo foco en la posible pérdida de trabajo para la cadena productiva chubutenses, algo que hoy no ocurre en la práctica, y en la diferencia de costos laborales que existen entre el reproceso de Chubut y Mar del Plata, algo real. 

Las asimetrías entre ambas industrias de reproceso no son nuevas y sin embargo Chubut ha podido generar mucho más trabajo en base al langostino que Mar del Plata, donde el marisco llega en cuenta gotas y mayormente viene a llenar las horas productivas que se caen por la falta de merluza cuando no de alguna especie pelágica a partir de la mudanza de los fresqueros a pescar langostino.

De lo que no dijo nada “Chuchi” y es algo que cayó como un baldazo de agua fría en Rawson, una verdadera desgracia (para colmo es el Art 17 de la Resolución) es que el INIDEP queda empoderado para que la autoridad de aplicación decida apertura y cierre de zonas de pesca. 

Y esto estará directamente vinculado a la presencia elevada de hembras impregnadas, los niveles de captura por unidad de esfuerzo, el nivel de by catch de merluza y un 20% de ejemplares juveniles de langostino durante 4 días seguidos de pesca. 

“Esto tiene que acortar la temporada de Rawson donde más de un mes pescan hembras con huevas”, especulaba un armador marplatense ayer por la mañana, todavía sin creer la defensa de la Provincia de Buenos Aires a los cambios aplicados. 

Las expectativas en Mar del Plata sobre la posibilidad que la temporada de Rawson sea más corta se sustentan en el cierre de El Rincón y el retraso de la apertura al norte de la veda para la flota congeladora aparece el mismo motivo: el alto nivel de hembras impregnadas. 

En Chubut están furiosos porque ni siquiera pudieron poner un guarismo, un porcentaje que determine apertura o cierre. Todo quedará a criterio del Proyecto Crustáceos del INIDEP, desde donde siempre se han mostrado preocupados por el esfuerzo pesquero que se aplica sobre el stock reproductivo.

Claramente en Rawson ven a la Resolución 9 como una batalla perdida. Lamentan que no se haya tenido en cuenta el aporte que hizo la flota en limitar la cantidad de cajones y dejar de rebotar en el muelle. En Mar del Plata le apuntan a la bodega por demás amplia que tiene hoy la flota y que genera una capacidad de pesca mucho mayor a la original.

“Esperábamos restricciones en Nación pero no solo no llegaron sino que siguen metiendo barcos con cuota social, como el Antonia D, que con la excusa del trabajo siguen sumando esfuerzo al langostino”, cuestionan desde Playa Unión.

De quien esperaban un freno a la flota marplatense era de Liberman, quien, según en Rawson, se había comprometido con eso. “A Charly le sonó el teléfono rojo”, decía otro armador consultado, para intentar explicar los motivos que habían llevado al Subsecretario a avalar tales cambios. 

Del otro lado de la línea estaría el Gobernador bonaerense y sus necesidades de fortalecer a Mar del Plata en el tablero de la pesquería.  Dudo que Axel sepa distinguir un langostino de una anchoíta. Sí en el puerto todos destacaron la presencia del ministro Rodríguez, que casi nunca canta el presente como representante bonaerense y esta vez estuvo los dos días, el jueves incluso hasta casi después de las 9 de la noche, cuando terminó la sesión.

La nueva Resolución está escrita y ha dejado sonrisas por un lado y caras de amargura por el otro. El tiempo dirá si las nuevas medidas generan una mejora en la sustentabilidad de la pesquería o si el esfuerzo pesquero que se aplica sobre el recurso se mantiene en niveles tan altos como hasta ahora.


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