Por: Roberto Garrone
Es muy posible que en las próximas horas la actividad portuaria en Mar del Plata tenga listo su nuevo protocolo sanitario, adaptado a estos nuevos tiempos en que la tercera ola dispara la curva de contagios pero que no resiente el sistema sanitario, fundamentalmente por la eficiencia de las vacunas.
En este contexto las cámaras empresarias recibieron el guiño del Consejo Federal de Salud esta semana cuando flexibilizó el aislamiento para los contactos estrechos asintomáticos y con el esquema vacunatorio completo.
El COFESA subrayó que los contactos estrechos de un caso de covid que tengan aplicada la dosis de refuerzo desde hace más de 14 días y no presenten síntomas compatibles al covid-19, serán eximidos de la realización de aislamiento obligatorio estricto, siempre que se cumplan con las medidas de cuidado de manera estricta (uso adecuado de barbijo, ambientes ventilados), se realice automonitoreo diario de síntomas y se evite concurrir a eventos sociales por 10 días.
Por otra parte, las personas con esquema inicial completado dentro de los cinco meses, o que hayan tenido covid-19 en los últimos 90 días, que no tengan síntomas y en función de la definición de personal prioritario de cada jurisdicción, podrán disminuir el aislamiento estricto para los contactos estrechos asintomáticos siempre que realicen: un test diagnóstico entre el día tres y cinco; cuidados de manera estricta (usar barbijo en forma correcta y mantener ambientes ventilados); no concurrir a eventos sociales; y monitorear la aparición de síntomas diariamente.
Eso dicen las recomendaciones del Consejo y es posible que en la actividad pesquera y portuaria haya libre interpretadores. Lo cierto es que genera un aval, sobre todo para los frigoríficos que en los próximos recibirán a sus trabajadores tras las vacaciones.
En los que están trabajando, como la Planta 1 de El Marisco, o Frigorífico Del Sud Este, el brote casi que paralizó la actividad; incluso en el establecimiento de Av. Juan B. Justo, afectando a administrativos y directivos.
Entre los gremios, algunos no todos porque por ejemplo no participó el SOIP, donde ni siquiera sabían de la existencia de las conversaciones, ni la Asociación de Capitanes, y también algunas cámaras empresarias, circula un borrador con los ajustes que se aplicarán al protocolo.
En ese nuevo escenario el Consorcio Portuario tendrá un rol central: será su obligación exigir a tripulantes, armadores, estibadores, transportistas, obreros navales, despachantes de aduana, servicio logístico, además de la habilitación ordinaria, la presentación del esquema de vacunación completo.
En el Consorcio pensaban exigirlo para la renovación de la habilitación pero la “plástica” difiere su fecha de vencimiento según cuándo se haya iniciado el trámite de solicitud. Esta alternativa abarcaría al conjunto de trabajadores desde la entrada en vigencia del nuevo protocolo.
La intención de gremios y cámaras patronales es exigir el pasaporte sanitario en todos los casos en que se deban prestar tareas, “tanto sea en barcos como en plantas, como en la zona portuaria”. Será cuestión que el SOIP coordine con CaIPA y Cafrexport para las empresas lo exijan al momento de ingresar a trabajar.
La industria del reproceso de pescado en tierra no es muy amiga de los datos estadísticos: no hay un registro del nivel de ausentismo promedio anual en la actividad, mucho menos hay datos de la cantidad de obreros que tienen el esquema de vacunación completo. En realidad no se sabe ni cuántos son los obreros del pescado en Mar del Plata. Ni los que están en blanco, mucho menos los otros.
Uno de los puntos todavía no resueltos es la obligatoriedad que todos los barcos pesqueros cuenten con wifi a bordo. La repentina necesidad no es para que los tripulantes mantengan contacto con sus familias mientras salen a navegar sino que puedan ser monitoreados por un médico, en caso que alguno presente síntomas.
Esa postal repetida el año pasado de ambulancias en los muelles esperando la llegada de un barco que volvía a puerto ante la existencia de un marinero con síntomas compatibles con covid-19, no la tendremos en este 2022.
«Para el supuesto caso que se presentara algún síntoma en integrantes de la tripulación en navegación, se deberá realizar al o a los tripulantes que presenten síntomas, el testeo correspondiente, utilizando los test que al efecto deberá proveer el armador antes de la zaparda del buque”, señala el punto 4 del borrador.
A partir de ahora si alguno de los autotest da resultado positivo, “se deberá analizar con un profesional médico el estado general de salud del tripulante que dio positivo y del resto de la tripulación, para seguir con la navegación en la forma prevista, previo aviso y consulta con la Prefectura”. El wifi servirá para el monitoreo diario de la salud del trabajador contagiado y de esa forma determinar si corresponde o no su aislamiento.
El otro punto que todavía no tiene concordia es el lugar en que se cumplirá el aislamiento en caso que el tripulante de positivo y se encuentre lejos de su domicilio. En principio la patronal avanzó varios casilleros al punto de establecer que pueda quedar aislado en el barco si es que la embarcación no vuelve a salir a navegar.
Hasta ahora no ha habido brotes importantes, al menos no trascendieron. En la flota fresquera, costera y de altura no habrá problemas con los positivos porque la mayoría de los tripulantes son de la ciudad y cumplen el aislamiento en sus casas como los del Virgen María, de Solimeno.
El problema puede surgir cuando cobre ritmo la temporada de calamar y la salida de los congeladores, flotas en la que sube personal foráneo, tripulantes que si se contagian todavía no tienen lugar definido dónde cumplir el aislamiento. Cuando lo encuentren, se firma.