El pasaso sábado 21 de agosto el sector costero de Playa Grande en Mar del Plata amaneció repleto de ejemplares de una especie de crustáceo conocida como Peisos petrunkevetchi.

Rápidamente investigadores del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) se acercaron al lugar y recolectaron muestras que, tras ser analizadas en laboratorio, permitieron confirmar que los ejemplares no presentaban rastros de toxicidad, no hubo cambios abruptos en la temperatura del mar y que se trató de un fenómeno natural esporádico. 

La especie, conocida vulgarmente como camarón, tiene una amplia distribución en el Atlántico Sudoccidental y es común en las aguas costeras de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, no se cuenta con registros precedentes de arribazones de peisos en nuestras playas, razón por la cual fue tan llamativa su aparición.

Los eventos nocivos y/o tóxicos producidos por microalgas marinas han sido responsables de la mortandad de organismos marinos como ballenas, aves y peces. Se ha asociado el arribazón de peces y mariscos a la presencia de microalgas toxicas, pero la mayoría de las veces las causas de estos eventos no son conocidas. Por este motivo, se desaconseja el consumo de cualquier tipo de organismos marino que se acerque a la costa moribundo.  

En el laboratorio de Química Marina y Marea Roja del INIDEP, se realizan estudios sobre estos fenómenos y en esta oportunidad se tomaron muestras para hacer análisis de toxicidad. El Dr. Ricardo Silva observó las muestras de fitoplancton (algas microscópicas) y no detectó la presencia de dinoflagelados tóxicos, por lo cual no parece haber sido el motivo de la mortandad de estos crustáceos. 

Por su parte, desde el Gabinete de Oceanografía Física informaron que, si bien desde el día 15 de agosto la temperatura en la superficie registra un aumento, desde los 9,92 C registrados el día 15 hasta los 10,5 C del día lunes 23, éste probablemente acompañe al incremento de la temperatura del aire y con valores que fluctúan dentro de los límites que definen el intervalo de datos considerados normales para el mes y alrededor del valor medio de agosto (10,6 C).  

Al descartarse la hipótesis de la presencia de algas tóxicas en el agua y de cambios abruptos en la temperatura del mar, desde el Programa Pesquería de Langostino reforzaron la teoría de que los ejemplares posiblemente se encontraran muy cerca de costa alimentándose y/o escapando de algún cardumen de peces cuando se suscitaron los vientos que provocaron un fuerte oleaje y el consecuente arribazón. Estos organismos del zooplancton tienen capacidad natatoria pero no la necesaria como para escapar al fuerte oleaje.


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