El proyecto liderado por la investigadora adjunta del CONICET y de la facultad de Humanidades de la UNMDP María Antonia Muñoz, fue uno de los elegidos por el Programa de Articulación y Fortalecimiento Federal de las Capacidades en Ciencia y Tecnología COVID-19.
La iniciativa tiene como objetivo fortalecer las capacidades de los Comités Barriales de Emergencia (CBE) para dar respuesta a las demandas sociales en el contexto de la pandemia. Esto se realizará a partir de la producción de información científico-técnica sobre las dinámicas institucionales, las demandas sociales, las necesidades y los problemas que se les presentan y el impacto de sus actividades en los territorios sobre los que operan y la población a la que se orientan.
Muñoz explica que los y las integrantes del proyecto estaban preocupados por la asertividad de las medidas tomadas a partir de la llegada de la COVID-19 a nivel social y sus efectos sobre la población, sobre todo en los sectores más vulnerables. “La mayoría de nosotros y nosotras somos parte de proyectos que tienen un enlace con el territorio local tanto en investigación como en extensión y que, a la vez, intentamos traducir a la docencia. Cuando salió la convocatoria nos vimos comprometidos a participar para generar nuestro aporte a los enormes esfuerzos que están realizando marplatenses y argentinos en general para combatir la pandemia. En este sentido, cada uno fue articulando con sus propios compañeros, docentes, investigadores y alumnos para analizar qué capacidades teníamos para la realización de la propuesta”, describe la directora del proyecto.
La iniciativa está dirigida a tres públicos diferentes: la población en general, los sujetos que intervienen en las políticas públicas -tanto funcionarios de los tres niveles de gobierno como las organizaciones sociales que influyen sobre la toma de decisiones- y lectores en clave académica.
Entre los resultados esperados planifican elaborar un mapa de las capacidades de los CBE en clave de resolución de demandas producidas por la emergencia sanitaria. Además buscan realizar un inventario de los problemas de coordinación y articulación entre los CBE, las instituciones locales y las distintas agencias gubernamentales. Por otra parte, realizarán un diagnóstico multidimensional y georreferenciado de las necesidades de las poblaciones de las áreas estudiadas, construido a partir de encuestas y entrevistas con pobladores y el trabajo de campo en los CBE seleccionados.
Además de las medidas detalladas anteriormente, se llevará a cabo la evaluación del impacto de las acciones de los CBE desde la perspectiva de los propios actores demandantes, y su contribución a la resolución de los problemas y las necesidades sociales en el contexto de la pandemia y el aislamiento social. Por último, generarán una serie de propuestas de fortalecimiento en relación con la capacidad de coordinación de distintas iniciativas gubernamentales y solidarias, traducidas en un protocolo de actuación efectiva para la gestión de la emergencia social en territorios y poblaciones vulnerables.
La investigadora resalta la importancia de las ciencias sociales en el contexto de una crisis sanitaria, este proyecto demuestra que la investigación en esta área colabora con la formulación de soluciones asociados a la COVID19. “El conocimiento de las complejas relaciones que se entablan entre las medidas de aislamiento con la crisis alimentaria, con la violencia de género e institucional, así como aspectos habitacionales y económicos habilita a pensar en plataformas de acción públicas asociadas a combatir la pandemia. De esta forma, con mis compañeros de trabajo nos hacemos carne de la idea de que somos parte de un Estado que nos cuida a todos”, cuenta Muñoz
Fuente: “Departamento de Comunicación CONICET Mar del Plata”