Los restos de Luciano Olivera, el adolescente de 16 años asesinado ayer de un balazo en el pecho por policías que lo persiguieron porque aparentemente se negó a detenerse en un control policial en la ciudad balnearia de Miramar, fueron velados este sábado en un clima de profundo dolor.
El velatorio comenzó a las 16 en la casa de sepelios Diagonal, ubicada en la diagonal Fortunato de la Plaza 1661, en el centro de dicha ciudad.
De la ceremonia participaban la madre, el padrastro y otros familiares de Olivera y amigos, en su mayoría adolescentes, como así también vecinos de Miramar.
Con una absoluta tranquilidad y muestras de dolor se velaban los restos del chico de 16 años, mientras que afuera de la sala velatoria se vivía un clima de respeto, hasta que fueron sumándose más jóvenes, que acompañaban con aplausos y tocando bombos.
Allí, exhibían en sus manos fotos del adolescentes y portaban dos banderas, una con la frase “El amor supera la razón” y otra con la leyenda “Una esperanza humilde que es toda la tortura de mi corazón”, con el logo del club Once Unidos de Miramar, donde el adolescente jugaba al fútbol.
Quienes querían ingresar a la sala velatoria a despedir a Luciano, formaban una fila e iban entrando a medida que salía otro grupo.
Minutos antes de las 19.30, partió el cortejo fúnebre de la casa de sepelios, en medio de un aplauso respetuoso de los presentes.
El cortejo iba a recorrer los tres kilómetros que lo separan del cementerio de Miramar, donde serán inhumados los restos del adolescente. (Telam)