Por: Roberto Garrone

Pasado el alivio emocional del fin del lock out patronal, tras la firma del acuerdo de las cámaras con el SOMU, y luego CEPA cerrando la puerta que había dejado abierta el SIMAPE, queda a la vista que en esta lucha de intereses por recuperar márgenes de rentabilidad de un lado, o resistir el corte de la motosierra salarial, por el otro, la unidad empresarial se mostró más sólida que la sindical y eso puede marcar el destino de las disputas por venir.

“Falta mucho por hacer, sí, pero hicimos mucho… Y entramos juntos y salimos juntos, y por la puerta grande”, cerraba aquel mensaje de whatsapp enviado por Damián Santos al resto del grupo empresario, aquel jueves luego de la reunión en las oficinas de Iberconsa en que se selló el acuerdo con Durdos y Cía.

Ahora el desafío de la patronal es mostrar ese nivel de compromiso para no sacar los pies del plato y mantener una posición homogénea a la hora de ponerle piso al precio del langostino entero congelado a bordo.

Tras salir airosos en la batalla contra los sindicatos, el entusiasmo contagioso los mantiene unidos para lograr ese objetivo y nadie regale el producto por más urgencias que existan para incrementar la cuenta corriente y hacer frente a obligaciones impostergables. Están convencidos que si lograron frenar el ímpetu de algunos por salir a pescar, será más fácil evitar que vendan por debajo del costo.

El objetivo de máxima en esto de estirar lo más posible la disputa con el SOMU y mantener los buques lejos de la zona de pesca era que reviva el precio. Hasta ahora la estadística oficial no muestra signos de resurrección, al menos hasta junio pasado, que alcanza el informe de CaPeCa.

Se comercializaron 8863 toneladas de langostino y se generaron 45,8 millones de dólares. Las cifras representan una caída del 54% en volumen y 57% en valor. El precio promedio que pagó el mercado, al menos el declarado, fue de 5172 dólares por tonelada. 6% menos que en la comparación interanual con el 2024.

En julio los números serán de un rojo más intenso. Veremos los de agosto cuando se aproxime el epílogo de la zafra. ¿Se conservará el optimismo o las patronales requerirán de nuevos y mayores esfuerzos de sus tripulaciones para mantener vivo el negocio en 2026?

En estas semanas el entusiasmo patronal por reactivar la flota alcanzó también los canales de venta. Sostienen que hay demanda, que algunas operaciones se hicieron por arriba de los 6 dólares el kilo y Japón se quedó sin stock. Igual es un planeta secundario en el universo langostino. El año pasado entre enero y junio compró menos de mil toneladas. España, el principal, compró más de 10 mil.

En las empresas sacan cuentas y pescando 40 mil toneladas –el año pasado con la zafra completa desembarcaron 90 mil-, un incremento en el precio del producto ante la falta de oferta de un 30%, genera una ecuación donde todo cierra: “Se pescó menos pero no se perdió plata”.

Las empresas responsabilizaron siempre a la inflexibilidad del SOMU en la prolongación del conflicto. Es difícil no imaginar que si la oferta inicial hubiese sido podar el 9% los recibos de sueldo de la marinería, la flota tangonera congeladora no hubiese salido a pescar incluso al norte de la veda.

Con el diario del lunes todo se ve más claro. A las empresas ese discurso extremo siempre fue funcional a sus intereses. Esa es la espina que mastican los marineros unidos del SOMU y SIMAPE en Mar del Plata. “Si sabíamos que nos bajaríamos los pantalones, era preferible hacerlo en marzo y no en julio y así los compañeros no se perdían más de 20 millones de pesos”, razonaban esta semana.

La relación entre Trueba y Durdos no terminó del todo bien. El Dirigente del SOMU, que había promovido la comunión con la conducción local para intentar sacar a Solimeno del bloque patronal, se guardó las negociaciones que había mantenido con Santos hasta el jueves a la tarde, con el hecho consumado.

Un día se deberá contar la influencia que ejerció Fernando Alvarez para que Tony amague para un lado, finte para el otro, pero se quede en la vereda junto al resto de las empresas. Con Santos hablaba casi todos los días, pero el que lo mantuvo fue el CEO de Conarpesa. Negocios comunes, tal vez.

Volvamos a Durdos… En realidad el Secretario General del SOMU había llegado “hasta acá” el fin de semana anterior. Ese jueves el que claudicó fue Oscar Bravo y Damián Basail, superados por el peso de salvarle la temporada a 2 mil marineros o seguir en conflicto con un mejor arreglo para el 20% de esa cifra.

El quiebre de la marinería marplatense es la frutilla del postre que decora la fragmentación con los gremios de oficiales. Daniel Flores es un sobreviviente en la Delegación local de los conductores y maquinistas navales tras perder la batalla con Jorge Maldonado.

La firma de Frías nunca estuvo en duda. Y ninguno de los capitanes esperaba ya nada y aún así los siguió traicionando. Ahora con el acuerdo de CEPA mostró otra de sus jugadas características.

Entregar el salario de sus representados y garantizarse una mejora sustancial en los fondos para formación y asistencia.

Ya lo había hecho con el acta acuerdo de los fresqueros de altura, donde se mantuvieron los valores salariales congelados, pero con el 70% como suma no remunerativa. Lo que saltó fueron las contribuciones por Acción Social y Capacitación que las empresas pagan a la Asociación. De 54.580 pesos a 126.927 pesos.

Con CEPA quedó al descubierto otra maniobra que generalmente Frías firma en otra acta, a la sombra de cualquier inquietud de sus afiliados. Es lo que hace con CAPIP y CaPeCa, sin ir más lejos, Las empresas del Consejo deberán pagar en concepto de capacitación 225 dólares por mes y por buque, mientras se encuentre en navegación, y 75 dólares en baja temporada.

No solo eso… además las empresas deben pagarle a Frías una contribución extraordinaria por única vez de 10 mil dólares por barco, en dos cuotas: agosto y septiembre, “en beneficio del desarrollo formativo y de salud que lleva adelante la Asociación”. La traición no es gratis.

Muchos de los afiliados acaban de enterarse que mientras a ellos les podaron 22% el valor del precio del langostino entero para liquidar su sueldo proporcional por producción, ahora su Secretario General levantará 1.150.000 dólares. Monto que en ningún lado dice que servirán para financiar su anémica obra social, ni será auditado por un cuerpo de contadores idóneos.

Frías le rendirá cuentas a Elio Mansilla, un viejo oficial, ex combatiente de Malvinas, ya jubilado, compañero de comisión directiva casi desde que tomó el control de las riendas y la caja de la Asociación, y quien oficia de Tesorero. No, Revisor de Cuentas Frías tampoco tiene.

Buen domingo


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