El 7 de septiembre, los bonaerenses votarán legisladores provinciales en comicios separados de las elecciones nacionales. Es la primera vez que ocurre desde el regreso de la democracia en 1983.

La decisión fue tomada por el gobernador Axel Kicillof. Ese día se renovará la mitad de la Legislatura bonaerense: 46 diputados y 23 senadores provinciales, además de concejales y consejeros escolares en cada municipio.

La votación será con boleta partidaria tradicional, conocida como «lista sábana».

Ocho elecciones en una

La provincia está dividida en ocho secciones electorales. Cada una funciona como un distrito independiente y tiene su propia lista de candidatos. Por eso, aunque la fecha es la misma para todos, cada zona tendrá boletas diferentes.

En cuatro secciones se vota para diputados provinciales (2, 3, 6 y 8) y en las otras cuatro, para senadores (1, 4, 5 y 7). En todos los casos también se eligen autoridades municipales.

Desigualdad en la representación

El 71 % de los votantes vive en la primera y tercera sección electoral, que abarcan gran parte del conurbano. Sin embargo, esas zonas solo elegirán el 37 % de las bancas que se renuevan. Esto se debe a que la cantidad de escaños por sección no se actualiza desde hace décadas.

Como resultado, en las secciones menos pobladas se necesitan menos votos para conseguir una banca, mientras que en el conurbano los candidatos deben sumar muchos más.

Las fuerzas políticas

La elección tendrá tres grandes espacios:

• Frente Patria, que agrupa al peronismo y es el oficialismo en la provincia.

• La Libertad Avanza PRO, que va unido como principal fuerza opositora.

• Somos Buenos Aires, una tercera opción que incluye a la UCR, peronistas no alineados, la Coalición Cívica y otros partidos del centro.

Actualmente, el peronismo es la primera minoría en la Legislatura, pero no tiene mayoría. La Libertad Avanza arriesga pocas bancas y busca crecer. En este escenario, todos los proyectos importantes requieren acuerdos entre varios bloques.

Un test político clave

Con casi 14,4 millones de personas habilitadas para votar, esta elección será el último gran test antes de las legislativas nacionales de 2025.

Además de definir el mapa político en la provincia, tendrá impacto sobre el equilibrio de fuerzas para lo que resta del mandato de Kicillof y también en la estrategia de los partidos a nivel nacional. (La Nación)


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