La tarjeta Alimentar «resultó una red de protección» ante el «empeoramiento de la situación socio-alimentaria» del país, pero no mejoró la calidad nutricional de quienes la perciben. Así lo señaló un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) difundido este miércoles.
En el documento, presentado bajo el título «Evaluación de Impacto del Programa Tarjeta Alimentar. Efectos directos e indirectos en la inseguridad alimentaria, consumos alimentarios y no alimentarios», se comparó el consumo de alimentos y productos de limpieza o higiene personal en los hogares que reciben la tarjeta, frente a los que no.
«La estimación del impacto promedio del Programa Alimentar sugiere que, en ausencia de la transferencia, los hogares destinatarios hubieran tenido un incremento mayor de la inseguridad alimentaria en su umbral total del que efectivamente tuvieron. Los hogares no destinatarios del Programa Alimentar ni receptores de la AUH (Asignación Universal por Hijo) tuvieron un aumento de 23,6% en la inseguridad alimentaria total frente a 1,7% en el caso de los destinatarios», puntualizó el trabajo.
Y añadió: «Los hogares destinatarios de Alimentar tienen efectivamente un mayor consumo de los distintos grupos de alimentos analizados –con la excepción del consumo de pescados– que los hogares vulnerables no destinatarios, luego del emparejamiento».
«Por ejemplo, el 89,3% de los hogares destinatarios en la base apareada declaran haber adquirido carne en su última compra, el 86,3% adquirió lácteos, 86,1% compró frutas y verduras y 81,3% llevó legumbres (como porotos o lentejas). De todos modos, el impacto promedio no resultó estadísticamente significativo en todos estos casos. De hecho, sólo se aprecia un impacto medio robusto en favor de los destinatarios del Programa Alimentar en el caso de los consumos de huevos y de legumbres», evaluó el documento de la UCA.
Según el informe, «no se aprecian impactos estadísticamente significativos en el consumo de carne, de lácteos ni de frutas o verduras. Se aprecia, en cambio, que los hogares destinatarios del Programa tendrán una mayor propensión al consumo de huevos y legumbres que los hogares del grupo de comparación», es decir, sin la tarjeta Alimentar.
En ese sentido, el trabajo académico arrojó que «se aprecia una ausencia de impactos sobre la calidad de la dieta de los niños/as y adolescentes en grupos de alimentos fuente de nutrientes esenciales (lácteos, frutas y verduras)». Eso sería consecuencia de las «dificultades del Programa para realizar las actividades de educación nutricional, previstas en el diseño, debido a las restricciones impuestas» por la pandemia, de acuerdo con el reporte.
Con relación al acceso de los beneficiarios del Programa a artículos de limpieza e higiene personal, la UCA indicó que «la evolución se dio en un contexto en el que los hogares debieron dirigir mayores recursos a productos de limpieza debido al contexto de pandemia por Covid-19».
El programa Alimentar forma parte del «Plan Argentina contra el Hambre» y destinado a personas que cobran la AUH con hijos de hasta 14 años inclusive, embarazadas a partir de los tres meses que cobran la Asignación por embarazo, personas con discapacidad que cobran la AUH sin límite de edad y madres con 7 hijos o más que perciben pensiones no contributivas. Esas personas perciben un beneficio va desde los $6.000 a los $12.000 pesos, que se percibe como transferencia bancaria o a través de una tarjeta física. (NA)