Dos hombres se entregaron a la policía y quedaron detenidos acusados de ser parte de una banda, donde ya hay otros dos integrantes presos, que se llevó un botín superior al millón de dólares y 42 millones de pesos en distintos departamentos de la ciudad de Mar del Plata, informaron voceros policiales y judiciales.
Los nuevos detenidos que se entregaron por su propia voluntad en la DDI son Ricardo Soteris y Mauricio Di Norcia.
Ambos llegaron a la dependencia policial acompañados de su abogado, Lautaro Resua, quien también defiende a los otros dos imputados, Facundo Carro y Agustín Suárez, que ya habían sido detenidos.
Los primeros arrestados se negaron a declarar ayer ante el fiscal a cargo de la causa, Fernando Berlingeri, en los tribunales marplatenses.
Ahora, los nuevos acusados pasarán la noche en la Alcaidía Penitenciaria Nº 44 de Batán, ubicada sobre la ruta 88, para luego comparecer mañana ante el instructor judicial a fines de la indagatoria.
El fiscal Berlingeri y el personal de la DDI Mar del Plata lograron identificar a los sospechosos tras un peritaje clave en distintos teléfonos celulares, en los que se recuperaron mensajes donde reconocían distintos robos.
Los pesquisas creen que la banda cometió al menos cuatro robos en los últimos seis meses en departamentos del macrocentro y de la zona de Playa Grande, en el sur de Mar del Plata.
El miércoles pasado, con el aval de la Justicia de Garantías, personal policial allanó cuatro domicilios y una «cueva» financiera del macrocentro marplatense con el fin de dar con los delincuentes, pero el resultado fue negativo.
De inmediato, el fiscal Berlingeri pidió que se les dicte a los sospechosos una orden de captura internacional.
Los procedimientos tuvieron lugar en una vivienda del barrio privado «Rumenco Joven», ubicado en avenida Jorge Newbery; en una casa en la calle French al 5300; un inmueble en San Juan al 4100; en una vivienda de la calle Laprida al 5000 y en un inmueble que actuaba como «cueva» en Catamarca al 2200.
Al arribar la Policía, ninguno de los imputados se encontraba presente y a los investigadores les llamo la atención porque el resto de la familia estaban como esperándolos.
Los investigadores creen que los ladrones se alzaron con una suma muy importante de dólares y en pesos, como así también alhajas y joyas.
Según explicó a Télam el fiscal Berlingeri, para concretar los hechos, la banda realizaba tareas de inteligencia en torno a sus víctimas, lo que le permitía acceder a cierta información sobre los ahorros que tenían en sus inmuebles.
«Hay filmaciones producto de las cámaras de seguridad de los edificios en los que vivían las víctimas y aledañas que muestra a distintos integrantes de la banda que merodeaban la zona los días previos a cometer los ilícitos», dijo el fiscal.
Según la investigación, los delincuentes aprovechaban que los dueños de los departamentos asaltados no estaban en la vivienda al momento de ingresar a robar.
Para los pesquisas, el primero de los hechos se produjo el 28 de julio en un edificio de la calle Moreno al 3000 y, unos días más tarde, la misma banda cometió otro robo en el mismo domicilio al aprovechar que sus moradores estaban de viaje.
Otro de los robos ocurrió el 13 de noviembre en la calle Bolívar al 3500 y el último sucedió el 20 de enero en un departamento de la calle Rodríguez Peña al 100, en plena zona de playa Grande.
La sospecha de los investigadores es que, para ingresar a los departamentos, los ladrones obtenían copias de las llaves de la puerta de ingreso, tanto del edificio como de la vivienda. (Telam)