Se realizará una Misa de Acción de Gracias el próximo viernes 26 de agosto a las 18hs en la Iglesia Catedral, para celebrar los cinco años de pastoreo del Padre Obispo Gabriel Mestre.
El 26 de agosto de 2017 el padre Gabriel Mestre recibía la ordenación episcopal. Una multitud se preparaba a participar en la ceremonia sin precedentes.
La noticia de que el Papa Francisco había nombrado a un marplatense como obispo local había conmocionado a toda diócesis. Los obispos anteriores habían llegado de otras tierras y ahora, «uno de los nuestros», como resonaba el slogan, era elegido para pastorear a su pueblo.
«Hoy podemos hacer memoria de la celebración y recordar la alegría de aquel día. La Catedral se vistió de fiesta, con sonidos populares y aplausos que conjugaban armoniosamente la solemnidad de los ritos litúrgicos y el clima de un hogar en el que la familia celebra», recordaron desde la Diócesis local.
Su lema episcopal se repetía a viva voz y con melodía: “Cristo es nuestra Paz”. En el lema se escondía el programa que el obispo Mestre fue desarrollando en gestos concretos a lo largo de estos cinco años: su actitud alegre y abierta, su disposición para recibir a todos, su persona y su palabra como espacio de encuentro y de salida. Su mensaje como eco permanente del Evangelio que ha repetido que “sólo Dios basta” y que su amor es el fundamento que ha de centrar nuestro corazón y nuestros vínculos.
Cabe destacar que su pastoreo no se centró en la sede episcopal, sino que se desplegó a lo largo y ancho de la diócesis recorriendo cuanto camino conduce a las ciudades, pueblos, parroquias, capillas, colegios del territorio. «Un pastor con olor a oveja, según el decir de Francisco y con la frescura de quien ha descubierto que en el encuentro interpersonal acontece el misterio del amor de Dios que se manifiesta a cada uno», destacaron.
También su servicio atravesó momentos de dificultad que tuvo que supo enfrentar con creatividad y valentía, entre ellos, la pandemia que implicó no sólo un esfuerzo de creatividad para seguir animando a su pueblo sino que lo hizo vivir los padecimientos de su gente en carne propia con la pérdida de su madre.