El ejército ruso continuaba su avance en el este de Ucrania, su principal objetivo militar en estos casi cien días de una guerra que le permitió controlar el 20% del país, según reconoció el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.

«Hoy, alrededor del 20% de nuestro territorio está controlado por los ocupantes, es decir, cerca de 125.000 kilómetros cuadrados», dijo el mandatario en un discurso ante el Parlamento de Luxemburgo, y agregó que antes de la invasión iniciada el 24 de febrero, las fuerzas del Kremlin controlaban unos 43.000 kilómetros cuadrados en Ucrania.

Desde 2014, las fuerzas rusas ocupaban la península de Crimea y junto a los separatistas prorrusos del este del país, un tercio de la cuenca minera del Donbass.

La quinta parte del territorio ucraniano bajo dominio ruso es «mucho mayor» que la superficie de Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo juntos, graficó Zelenski, según consignó la agencia de noticias AFP.

Desde el inicio de la guerra, hace 99 días, los rusos se hicieron con el control de algunas regiones del sur de Ucrania y avanzaron lentamente en el Donbass, donde ocuparon Mariupol, en el extremo sureste, aunque se retiraron de la región de Kiev, donde sufrieron importantes pérdidas, y parcialmente de la región de Jarkov, al norte del Donbass.

Su objetivo es tomar las riendas de las dos regiones del Donbass: Donetsk y Lugansk, donde los combates no ceden.

«La situación más difícil es en la región de Lugansk, donde el enemigo intenta expulsar a nuestras tropas de sus posiciones», dijo el comandante en jefe de las fuerzas armadas ucranianas, Valeri Zalujny, en un comunicado.

En Severodonetsk, capital administrativa de la región, un «80% de la ciudad está ocupada» por las fuerzas rusas y hay combates en sus calles, declaró hoy el gobernador de la región de Lugansk, Sergii Gaidai.

Aunque Lugansk figura como la zona que concentra los combates, la otra región del Donbass, Donetsk, no se encuentra al margen de las hostilidades, especialmente en Sloviansk, unos 80 kilómetros al oeste de Severodonetsk.

En las afueras de la ciudad de Donetsk, antigua capital regional controlada por los rebeldes prorrusos, los separatistas aseguraron ayer que cortaron una de las dos rutas que permiten el abastecimiento de la cercana Avdiivka, todavía en manos de Kiev.

«El enemigo tiene una ventaja operativa en términos de artillería», señaló asimismo el general Valeri Zalujny, repitiendo la necesidad de una «transición lo más rápida posible» de sus equipos hacia armas más avanzadas enviadas por la OTAN.

El pedido coincide con el anuncio estadounidense del envío a Kiev de sistemas de misiles avanzados Himars, que permiten realizar lanzamientos múltiples muy precisos, además de armas antitanque y cuatro helicópteros.

En el sur, donde Rusia también tomó amplias franjas de terreno a partir de la península de Crimea, los ucranianos tratan de contraatacar mientras desde Moscú evocan posibles referendos en julio para anexionarse las regiones conquistadas.

Por su parte, Rusia afirmó el jueves que había «frenado» la llegada de «mercenarios» extranjeros deseosos de combatir junto a los militares ucranianos, infligiéndoles numerosas pérdidas en las últimas semanas.

Según el Ministerio ruso de Defensa, el número de combatientes extranjeros «se dividió casi por dos», pasando de 6.600 a 3.500, y un «gran número» de ellos «prefieren abandonar Ucrania lo más rápido posible». (Telam)


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