El abogado Gregorio Dalbón, representante de la familia de Luciano Olivera, el adolescente asesinado de un tiro en el pecho en diciembre de 2021 durante un procedimiento policial en Miramar, aseguró que la reconstrucción del crimen que se llevó a cabo anoche en esa localidad balnearia “va a probar que fue un homicidio con alevosía».

«Estoy convencido de que esta es una medida que va a echar por tierra cualquier tipo de duda y va a probar que el de Luciano fue un homicidio con alevosía cometido desde menos de 18 metros», aseguró Dalbón, en una conferencia que brindó junto a Judith, madre de la víctima, antes de la recreación, que comenzó minutos después de las 23.30.

El objetivo de la reconstrucción realizada en el lugar del crimen, en el cruce de Avenida 9 y calle 34, era recrear tres hipótesis que existen en la causa por el homicidio, por el que están imputados seis efectivos policiales, dos de los cuales cumplen prisión preventiva, indicaron fueron judiciales.

Según Dalbón, se trata de «la última medida de prueba de la investigación», y luego de las conclusiones que arroje, se aguarda para las próximas semanas la presentación del pedido de elevación a juicio ante la Justicia de Garantías.

Dos de las hipótesis representadas en la reconstrucción surgieron de las declaraciones de los efectivos que al momento del homicidio viajaban en el mismo patrullero que el oficial Maximiliano González (26), acusado de ser quien disparó a Olivera (16) tras una persecución, en la madrugada del último 10 de diciembre.

La restante correspondía a la línea investigativa trazada a partir de las distintas pericias y medidas de prueba por la fiscal Ana Caro, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) descentralizada miramarense, quien imputó a González por «homicidio agravado por ser cometido por un funcionario policial en uso de sus funciones, por alevosía y por el empleo de un arma de fuego».

En el marco de la causa, también se encuentran imputados por «encubrimiento doblemente agravado y falso testimonio», el oficial inspector Nelson Armando Albornoz y los sargentos Rocío Mastrángelo y Kevin Guerricagoitia, quienes iban en el patrullero junto a González cuando interceptaron a Olivera.

Además, en los últimos días el expediente sumó las imputaciones del efectivo del Comando de Patrullas local Alejandro Cepeda, por «encubrimiento doblemente agravado», por su presunta colaboración con el principal acusado del asesinato para encubrir el hecho, y de la policía Estela Mendoza, por «incumplimiento de los deberes de funcionario público», debido a las demoras en la notificación del hecho al Ministerio Público.

En diálogo con Télam, Caro expresó su confianza en que, a partir de la reconstrucción, se pudiera “reforzar la línea que viene trabajando la fiscalía, a partir de tener todos los elementos técnicos a la vista».

Tal como habían comunicado sus defensas, los cuatro imputados que viajaban en el patrullero la noche del crimen participaban en el procedimiento, pero quienes se encuentran en libertad optaron por hacerlo únicamente en las instancias vinculadas con sus respectivas hipótesis, y no en la de la fiscalía.

En tanto, familiares y allegados de Olivera también se encontraban en el lugar presenciando la reconstrucción del hecho.

Desde las 20, un área perimetral de 12 manzanas permanecía acordonada, con un primer anillo a cargo de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA), y el otro, a 50 metros del lugar del crimen, desplegado por la Policía Federal Argentina (PFA), fuerza que intervino desde el inicio en la investigación.

La medida, que incluyó la recreación de la persecución ocurrida la noche del crimen, exigió la intervención de dos peritos criminalísticos -uno por parte de la fiscalía y otro de la PFA-, un perito planimétrico, otro accidentológico, perteneciente a la Suprema Corte bonaerense y especialistas de la Agencia Nacional de Seguridad Vial.

Todo el procedimiento era filmado por la PFA por protocolo, según precisaron fuentes judiciales.

En el marco de la causa, González cumple prisión preventiva en la Unidad Penal 44 de Batán, al igual que Albornoz, mientras que el resto de los imputados se encuentran en liberad.

De acuerdo con la instrucción, Olivera fue asesinado de un tiro en el pecho tras ser interceptado por un patrullero que se interpuso delante de la moto Yamaha YBR 125 en la que se desplazaba, en el cruce de la avenida 9 y las calles 32 y 34. (Telam)


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