La ciencia busca soluciones a problemas teóricos pero también a situaciones prácticas, de esas que se encuentran en nuestra ciudad. Aquí, como en otras ciudades costeras, la industria pesquera genera un gran volumen de residuos que gracias al avance de la ciencia puede reconvertirse en productos de alto valor agregado.
Las industrias pesqueras generan un gran volumen de residuos, a partir de los cuales se pueden extraer biomoléculas útiles para otros procesos tecnológicos y alcanzar el objetivo de “residuo cero” y “aprovechamiento integral” de las especies pesqueras y acuícolas comerciales. En este sentido, el grupo de investigación Fisiología de Organismos Acuáticos del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras, orienta todos sus esfuerzos para obtención de biomoléculas de origen natural que pueden utilizarse para enriquecer alimentos y mejorar la nutrición animal y en un futuro porque no humana.
A través de la investigación buscan nuevas funcionalidades dentro del material de descarte, desechos pesqueros y acuícolas, para mejorar su aprovechamiento y disminuir el impacto ambiental que la industria pesquera genera a nivel regional y nacional, haciendo que la actividad extractiva sea más eficiente y respetuosa con el medio ambiente, y en conclusión más sustentable. Uno de los materiales con los que se encuentran trabajando es el descarte que normalmente es usado en harinas de pescado pero que, en un gran porcentaje, es desechado en basurales sin ningún tratamiento previo, generando así un riesgo sanitario para la población y el medio ambiente.
Desde el 2012 el grupo trabaja en diferentes líneas de investigación, y durante los últimos años han logrado acercarse al sector productivo, lo que les permitió el desarrollo de ensayos piloto para poder proyectar las producciones a escala industrial. “Es muy estimulante aplicar lo probado en escala laboratorio a escala real y así comprobar que nuestras propuestas son factibles de realizar. Pero sobre todo lo que más nos alienta es el hecho de proponer, diseñar y poner a prueba prácticas de procesamiento pesquero y acuícola más respetuosas con el ambiente y que minimicen el impacto negativo que generan en el mismo”, explica Pereira, investigadora adjunta e integrante del grupo de investigación desde sus inicios.
El trabajo de una docena de personas que integran el grupo los lleva a involucrarse con profesionales de otras áreas, grupos de investigación y departamentos de la Universidad y de otras instituciones académicas. Además, por las características de sus investigaciones, están en permanente contacto con el sector industrial pesquero y acuícola, ya sea para provisionarse de muestras para las investigaciones como para actualizarse en las herramientas y soluciones necesarias a desarrollar a partir del conocimiento de la realidad de estas industrias, y así encausar de manera más eficiente los esfuerzos en investigación.
Pereira cuenta: “los proyectos en las que estamos trabajando tienen como objetivo generar subproductos a partir de desechos que ingresen en los mercados existentes, promoviendo la productividad de los sectores afectados y que los trabajadores pesqueros tengan alternativas de trabajo continuo y no sólo a la estacionalidad de la zafra a procesar”. La ciencia producida localmente sigue siendo un paso clave en la mejora de la calidad de vida de los y las marplatenses.
El grupo que lleva a cabo su labor en el IIMYC está conformado además por la investigadora independiente del CONICET Analía Fernández-Giménez, los investigadores de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Nora Harán, Cristina del Valle y Juan Carlos Mallo, la investigadora independiente Victoria Laitano, la becaria postdoctoral Yamila Rodriguez, y las becarias doctorales: Barbara Soto-Atampiz, Cecilia Bonadero, Clara Liebana, Ivana Friedman junto al becario de la misma categoría Agustín Behrens.
Fuente: “Departamento de Comunicación CONICET Mar del Plata”.