La muerte de un niño de dos años en el barrio Playa Serena, causó una polémica en torno a la situación del Centro de Atención Primaria de Salud (CAPS) del barrio.
El concejal Cristian Beneito (Vamos Juntos) salió al cruce de las denuncias que emanaron desde el bloque de Acción Marplatense y defendió el accionar del personal médico municipal.
A través de sus redes sociales, desmintió las acusaciones que indicaban la ausencia de atención en el Centro de Atención Primaria de Salud (CAPS) del barrio al momento de la emergencia, y apuntó directamente contra la concejala Eva Ayala, a quien acusó de “mentir” y de hacer “proselitismo con un tema tan delicado”.
La concejal había denunciado en las redes sociales que «el niño llegó al centro de atención primaria del barrio con signos vitales mínimos. No había médico. Porque el Municipio no garantiza guardias médicas las 24 horas. La enfermera contactó a la ambulancia para proceder al traslado».
Ante ello, Beneito salió a desmentir esa versión. “El nene llega al CAPS inconsciente, lo reaniman con prácticas de RCP, sale del paro (tiene signos vitales), se lo traslada al Materno por ambulancia del SAME municipal en código rojo y, a pocas cuadras del hospital, hace otro paro”, explicó Beneito.
“En la guardia del Materno trabajaron en conjunto la dotación nuestra del SAME y el equipo del Materno. A los pocos minutos, lamentablemente, fallece”, detalló.
El edil aseguró que en el CAPS “estaban el médico y las enfermeras”, y calificó como una “mentira absoluta” la afirmación de que no había personal profesional en el lugar.
Ayala recordó otro episodio ocurrido el 4 de febrero, cuando —según dijo— otra persona falleció en el mismo CAPS sin atención médica ni personal habilitado para certificar la defunción. “Desde Acción Marplatense venimos denunciando centros cerrados, guardias sin médicos y ambulancias que tardan más de 40 minutos”, escribió y exigió la presencia de la Secretaría de Salud en el Concejo Deliberante para dar explicaciones formales.
Sin embargo, Beneito fue tajante: “No se puede tolerar que se usen hechos tan dolorosos para sacar rédito político. Hay un límite que no se debe cruzar, y es el respeto por las víctimas y sus familias”.