Por: Roberto Garrone

Si bien con Ramón Vera nunca sabe, al cierre de esta columna la flota amarilla de Rawson que mantiene las diferencias salariales con el SOMU y que estaba paralizada desde que venció la conciliación obligatoria extendida la semana pasada, tenía orden de bajada pasadas las 18 horas para reanudar actividades de pesca.

El Delegado del gremio de marineros en el puerto patagónico es una caja de sorpresas plagada de contradicciones. No solo corrió a un costado el interés de conservar la paz social y negociar con la flota trabajando, como había dicho antes de que venciera la conciliación, sino que hasta pidió liquidar con un convenio distinto y perjudicial para los propios afiliados.

La última fue el comunicado enviado el viernes en que rechazaban la nueva conciliación dispuesta por la Delegación en Rawson de la Secretaría de Trabajo, esta vez a las empresas “Aquellos Tres”, “Hemos Triunfado” y “Proa al Sur. Se esperaba por estas horas que la misma resolución alcance a las otras empresas que lo habían solicitado.

No sé si antes o después de ese comunicado, el propio Vera me confirmaba que la conciliación sería acatada. “La ley no es pareja para todos. Los compañeros seguirán saliendo a lo que le quieran pagar las empresas cuando el precio que corresponde por inflación supera los 1300 pesos”, afirmó.

A fuerza de complicidad política, en Chubut la CaFACH ha desarrollado la habilidad de diferir sus compromisos y patear la pelota para adelante. Eso no quita que el artilugio de la conciliación por empresa sea absolutamente legal.

Lo sabe el propio gremio que más allá de las ondulaciones de Vera y su comunicado, el delegado de Madryn, Cesar Zapata, lo desmintió a los pocos minutos. El “Castor” llevaba la voz de Raúl Durdos. “La conciliación se acata”, transmitió a la distancia el Secretario General.

En otro momento veremos qué consecuencias tiene ese paso como alambre caído que sufrió Vera en la interna que juega en Rawson. No acatar la conciliación en el nuevo marco de la ley bases y su reforma laboral implicaba poner en riesgo cientos de fuentes laborales que podían ser despedidas con causa.

La cámara viene mostrando que las negociaciones paritarias prolongadas no son lo suyo y presionan con el lock out patronal cuando no les dan los números. El salvavidas de la conciliación les servirá para pescar un mes más. No más que eso durará la zafra de anchoa y podrán sumar una docena de viajes al langostino si el tiempo lo permite.

Si les funciona esto de ir de conciliación en conciliación y mientras tanto pagar por debajo del nivel inflacionario, por qué acordarían con la zafra de nación casi terminada. El nuevo parche es pan para hoy y hambre para mañana.

La bomba con el SOMU quedará activada para el reinicio de la zafra de langostino en aguas provinciales. Con el lastre de la compensación por la deuda del verano y del invierno, y con frigoríficos abarrotados de materia prima tras otra zafra abundante y la posibilidad que sigan bajando los precios del marisco entero, desactivarla será una tarea de expertos que por ahora no aparecen en escena.

La flota que opera al langostino terminará la zafra pagando a razón de 830 por kilo: Lo mismo que ofrecen para redondear la deuda entre enero y abril, mientras la inflación correrá a esa altura del año al borde del 100%.

Quién pedirá la próxima conciliación a fuerza de priorizar la paz social. ¿Los propios armadores a título personal?, ¿la autoridad portuaria?; ¿El Secretario de Trabajo?; ¿el de Pesca?.

Andrés Arbeletche fue uno de los que pugnó para que el gremio redireccione el reclamo de la deuda por vía judicial para que la rueda productiva no deje de girar. No llegó a terminar de redondear la idea que el SOMU ya había decretado la medida de fuerza.

En el gremio primero preferirían que la justicia provincial se expida sobre el dictamen favorable a su planteo salarial que habían obtenido de la Secretaría de Trabajo y que luego, sorpresivamente, fue retractado por la propia cartera laboral.
Así como desde la Provincia cuestionan las actitudes “inflexibles” de ambos sectores para alimentar una disputa desgastante, también el gobierno que encabeza Nacho Torres es mirado con lupa por estas horas.

Las mismas falencias que muestra la CaFACH para acordar paritarias se refleja en la administración provincial, en este caso para evitar que le exploten protestas laborales que paralizan la segunda actividad económica más importante.

Los críticos exhiben como modelo la gestión vecina de Claudio Vidal en Santa Cruz. El gobernador sentó a todas las partes a una mesa y priorizó la paz social como punto de partida para revitalizar el movimiento pesquero en los puertos provinciales.

Cuando una noche de febrero, Torres sentó a la multisectorial pesquera provincial a una mesa para comprometerlos a mantener activa la zafra provincial, la paz social se hizo añicos a las pocas horas con medidas de fuerza del SUPA y STIA.

La estadística parece darles la razón a los críticos. Caleta Paula ya recibió los mismos desembarques de merluza en los primeros seis meses del año que en todo el 2023. Puerto Deseado también muestra números en verde, no solo de calamar sino también de merluza hubbsi.
Comodoro, el puerto espejo de Caleta Paula, dentro del Golfo San Jorge, exhibe números en rojo con una merma de las descargas del 41% hasta el pasado 10 de julio.

El crecimiento de la presencia de merluza en Santa Cruz se explica no solo en la paz social sino en las 3 mil toneladas de cuota social que le cedió Chubut. Y en un servicio de estiba muchísimo más barato que en Comodoro. Es que la beligerancia del SUPA en Chubut no cruza el paralelo 46.

Buen domingo


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1 comentario

  1. A ver si lo entienden. Para que va haber inflación, si luego te la compensan. Te quieren pobre hermano. O me equivoco?

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