En este tiempo particular de pandemia el padre obispo de Mar del Plata, Gabriel Mestre, presenta una nueva Carta Pastoral.
En los párrafos más importantes de la 4ta Carta Pastoral que fue dada a conocer este domingo, el padre obispo Gabriel dice textualmente “todavía seguimos en pandemia, pero ingresamos en una suerte de segunda fase, con más apertura y muchas más actividades habilitadas. Vamos transitando hacia lo que se ha denominado la nueva normalidad».
«Hemos aprendido que la tecnología, los medios de comunicación y las redes han sido excelentes instrumentos para relacionarnos y sostener los vínculos. Sabemos que no existe oposición entre lo digital y lo presencial: hay fecunda complementariedad. Sin embargo, también hemos experimentado que lo presencial es insustituible», agregó.
En otro tramo de de declaración, Monseñor Mestre señala que en esta segunda fase de la pandemia, sin descuidar los protocolos sanitarios que nos indiquen las autoridades, «los invito a transitar como kairós el paso sucesivo a lo presencial en la vivencia, transmisión y compromiso de nuestra fe, a ir retomando con renovado entusiasmo la participación activa en la vida de nuestras comunidades, que tienen como centro la Misa dominical y como consecuencia directa, todos las demás actividades cultuales, evangelizadoras, catequísticas y de caridad».
«Como padre, hermano y amigo, llamado por Dios a custodiar la fe en ustedes, me permito orientar este paso sucesivo a lo presencial, a la luz de tres breves puntos sintetizados en tres palabras: DOMINGO, ESPERANZA, RENOVACIÓN. Estos tres puntos son una invitación a todos, pero de manera particular, a laicos, consagrados y ministros ordenados que tienen la misión de animar la vida de la Iglesia en cada grupo, comunidad, movimiento, espacio o servicio pastoral», manifestó.
En esta Carta Pastoral, el obispo decidió concluir y sellar estas simples reflexiones, sumando a los tres puntitos, Domingo, esperanza y renovación, un verbo: soñar.
«Un verbo de profunda raigambre bíblica y muy utilizado por el querido Papa Francisco. Un verbo que nos conecta con la vida y el modelo de obediencia de San José. Este es un ‘tiempo favorable’, un kairós propicio para soñar con los sueños de Dios para la humanidad. Es tiempo de audacia del Espíritu para concretar nuestros sueños nutriéndonos de Cristo muerto y resucitado en la Eucaristía, en el Domingo, en el Día del Señor, y así fortalecer nuestra esperanza y motivar, según los designios divinos, la tan necesaria renovación», reflexiona.
«En este ‘tiempo propicio’ nos seguimos cuidando, porque estamos en una segunda fase de la pandemia, y en este tiempo desafiante soñamos y concretamos ser una Iglesia Sinodal. Preparándonos para la celebración de nuestro Primer Sínodo Diocesano seguimos soñando y cultivando la escucha, el diálogo y el discernimiento para ser fiel a nuestro kairós según la voluntad del Padre Eterno”, finaliza el obispo.