Victoria Luque de 12 años -junto con sus padres Ariel Luque y Verónica Cajal- encontró un resto fósil, una vértebra de un Megaterio (Megatherium americanum), la especie de perezoso terrestre gigante más grande que existió.
La adolescente fue nombrada por el Municipio como “Protectora del patrimonio paleontológico” y explicó que “mi abuelo está construyendo nuestra casa y en una camioneta que contenía tierra estaba el fósil”, hecho que ocurrió en el barrio El Martillo.
“Me emocioné mucho y lo cuidé porque tenía miedo de que se rompiera más de lo que ya estaba” contó y confesó que “no conocía el Museo de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia pero me gustó demasiado y quiero venir más seguido”.
Victoria junto a su familia estuvo presente en el establecimiento – el cual se encuentra abierto con motivo de las vacaciones de invierno todos los días hasta el 31 inclusive, de 13 a 18- donde quedó registrado el hallazgo y conversó con su equipo profesional, conformado por Matias Taglioretti, Fernando Scaglia y Victoria Sarasa.
“Se llevaron la sorpresa de haber encontrado un hueso de megaterium, de todas las especies de perezosos es, la más grande que existió”, detalló al respecto Taglioretti, a la vez que contextualizó: “Mar del Plata tiene muchos fósiles de muchos momentos del tiempo, ya que las barrancas norte y sur tienen distintas edades geológicas y, entre todas, suman aproximadamente 5 millones de años de historia natural como ningún otro lugar de Sudamérica”.
Cabe recordar que Vicente Di Iorio, un niño de 8 años que paseaba por la costa junto a sus padres el pasado domingo 26 de junio, encontró unos huesos aflorando en los acantilados que le llamaron la atención.
El material en cuestión se trató de un cráneo muy completo y bien conservado de un camélido sudamericano que tendría un 25% más de masa corporal que un guanaco actual. Este género de camélidos llamado Hemiauchenia es uno de los más antiguos registrados en Sudamérica y uno de los primeros grupos de animales en cruzar el mar caribe desde América del Norte.
Él junto a su hermano fueron los primeros niños en ser nombrados “Protectores del Patrimonio Paleontológico” y ahora son seguidos por Victoria.