El intendente Guillermo Montenegro encabezó, este sábado, la apertura de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante, la quinta de su gestión.

Ante un recinto colmado y con la presencia de todos los bloques, Montenegro sostuvo que «hace cinco años iniciamos un camino: defender al que hace las cosas bien. Trabajamos, y seguimos haciéndolo para transformar
Mar del Plata en una ciudad con orden y con reglas claras. Porque estamos convencidos que la ciudad crece cuando hay previsibilidad y cuando dejamos de romantizar el caos».

El Intendente se refirió a las críticas que recibe por su politica en materia de orden del uso público, en particular hacia los «trapitos», limpiavidrios y personas que duermen en la calle.

«Muchos me critican por ser duro, incluso me denuncian penalmente. Me tildan de sheriff, de insensible, de que me excedo
en mis atribuciones como intendente. No hay que tenerle miedo a la palabra dureza. Yo no le tengo miedo. Estoy convencido que es lo que necesitamos. Desde mucho antes de ser intendente insisto con que las leyes tienen que ser más duras, que la justicia tiene que dejar de proteger los derechos de los delincuentes y proteger los derechos de los ciudadanos, que las fuerzas de seguridad tienen que tener órdenes claras en esa línea», expresó.

En tal sentido, Montenegro se refirió a la baja de la edad de imputabilidad de los menores. «Desde hace 10 años que insisto en que hay que bajar la edad de imputabilidad. No podemos admitir que cada vez que tenemos un delito cometido por un menor sea el momento de debate de la edad de imputabilidad. Hay que bajarla porque el que delinque es un delincuente y el que mata es un asesino. Y esta posición mía no es de hoy ni de ahora».

«Por eso, quiero ser claro desde el inicio: en Mar del Plata, y en lo que a mí me corresponde, no voy a hacer lugar a las mafias, a los extorsionadores. Tampoco voy a permitir que haya privilegios para
unos pocos. Vamos a seguir defendiendo a los marplatenses que trabajan, a los que invierten y generan empleo, a los que no buscan prebendas del Estado para subsistir. Porque en cada uno de los desafíos que nos fuimos planteando a lo largo de estos años, muchos de los cuales requirieron la intervención de este Concejo, se puede ver esto».

Montenegro insistió en uno de los principales objetivos desde el inicio de su gestión: ordenar y controlar el espacio público de la ciudad y respetar la propiedad privada.

«Lo hicimos también cuando avanzamos en el combate a los trapitos. Porque lo que buscamos es que Mar del Plata deje de ser una ciudad donde los vivos hacen negocio en la calle mientras el comerciante que paga impuestos es el que sufre», expresó.

En otro tramo del discurso, Montenegro resaltó la labor de la Patrulla Municipal, dependiente de la Secretaría de Seguridad y coordinado con fuerzas Provinciales y
Nacionales. «Ponen el cuerpo. Se juegan la vida y la integridad de su persona todos los días. Son héroes. Y esos héroes encontraron prófugos de la justicia. Y yo los aplaudo. Vamos a seguir haciéndolo, porque no hay ciudad posible sin orden. Porque estamos acá para defender al que cumple las reglas y trabaja todos los días, no al que se aprovecha del desorden. Vamos a continuar con los operativos contra trapitos, usurpadores y cualquiera que pretenda adueñarse del espacio público o convertirlo en tierra de nadie. Le pese a quien le pese», sentenció.


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