En el recinto del Honorable Concejo Deliberante, se llevó a cabo la apertura de las sesiones ordinarias del 2023.
En el discurso de inauguración del ciclo legislativo, el intendente Guillermo Montenegro sostuvo que «seguramente van a encontrar muchas similitudes entre las palabras que compartí en este mismo lugar durante los 4 años de mi gestión. Porque mi visión de ciudad y de gobierno es la misma desde el primer día».
«Es una realidad que la agenda diaria del gobierno debe tener variaciones constantes, porque las necesidades de la gente cambian. Más en estos tiempos, donde todo es tan dinámico. Como siempre digo, las prioridades las ponen los vecinos y escucharlos es fundamental. Tener esa capacidad de cambiar rápido, incluso reconociendo errores, es parte de lo que los que tenemos responsabilidades de gobierno, que debemos incorporar sí o sí. Atarnos a esquemas rígidos, a dogmas, tener miedo a los cambios, creer que uno tiene la verdad revelada y que todo tiene que ser solo de una manera, es no entender a las sociedades modernas y es condenar a las ciudades, a las provincias, a los países, al fracaso», agregó.
«Pero hay cosas que uno sí tiene que sostener. Y son las grandes líneas directrices que deben guiar cada una de nuestras decisiones: la visión de gobierno y de ciudad que necesitamos. Una visión que debe ser compartida e impulsada por los vecinos, porque los cambios se generan con la gente, no se imponen», continuó.
Montenegro remarcó que «los gobiernos prohibicionistas, paternalistas, que ponen trabas constantemente no van más. Necesitamos gobiernos valientes y que no le teman a los cambios. Necesitamos gobiernos que entiendan que de la sinergia entre lo público y lo privado salen cosas maravillosas. Que estén convencidos que hay que eliminar la burocracia para liberar las energías creativas de la sociedad. Que entiendan que el aumento de la oferta, sea en el rubro que sea, no solo genera un movimiento multiplicador en la economía, sino que también le da a la gente la libertad de elegir y genera competencia. Que sepan que tienen que someterse sin problemas al control ciudadano, a través de la transparencia en los datos y en las rendiciones de cuentas. Que sean absolutamente austeros, con números ordenados y con tendencia a que el impacto impositivo sea cada vez menor».
«Cuando decidí postularme para intendente, lo que veía era que los marplatenses y batanenses estábamos atascados, que la ciudad estaba dormida, sin brillo. Abrumados por diagnósticos pero con la certeza que tenemos todo, que la potencialidad de nuestra ciudad es enorme. Parecía que nunca podíamos traducir esas potencialidades en realidades. Eso traía aparejado muchos problemas: nuestros jóvenes se iban, la ciudad no se modernizaba, pero sobre todas las cosas, teníamos un problema estructural: el desempleo», señaló.
«Y apenas asumimos, pusimos manos a la obra. Si bien fueron años difíciles, con pandemia en el medio y una situación inflacionaria muy compleja, logramos que Mar del Plata se despierte, se active, y principalmente deje de ser la ciudad del No», subrayó.
El intendente manifestó en otro tramo de su discurso que «escucho a muchos dirigentes medir a un gobierno por la cantidad de grandes obras públicas que realiza. Como si el éxito de una gestión se midiera solo por esto. Por supuesto que las obras de infraestructura son importantes, pero también es importante tener muy en claro hacia dónde tenemos que ir y tener el coraje para avanzar en ese sentido a pesar de los palos en la rueda».
«Sabemos cuáles son las obras necesarias para nuestra ciudad. Sabemos que el problema de la infraestructura vial sigue existiendo, y también, que resolverlo lleva mucho tiempo, incluso varias gestiones municipales», enfatizó.
«Esto podría hacerse más rápido si tuviéramos el acompañamiento de la Provincia y la Nación. Sepan que siempre estoy, estuve y estaré dispuesto a trabajar articuladamente en beneficio de los marplatenses, sin egoísmos partidarios ni electorales», cuestionó.