Por: Roberto Garrone

“En Caleta Paula no hay balanzas, no hay inspectores de muelle que controlen el cupo social que pescan los barcos fresqueros. Acá tirás de un hilo y solo levantas mugre y corrupción”.

Quien resume lo que pasa en el puerto del norte santacruceño es Ricardo Cardozo, secretario General de la Asociación Gremial de Obreros Marítimos Unidos, la entidad que agrupa a la marinería local.

Marineros que no encuentran lugar a bordo de la flota pesquera a pesar que Caleta Paula. el puerto en el centro del Golfo San Jorge, en el norte de Santa Cruz, es el segundo más importante en la descarga de merluza hubbsi de todo el tablero nacional.

Son muchos los que se preguntan cómo es posible que en Caleta Paula se lleven declaradas 21 mil toneladas de merluza hubbsi. La cifra representa 17% más que el año pasado. Este número incluso es superior a Puerto Madryn, el puerto chubutense que registra una regular operatoria de los barcos merluceros congeladores.

En realidad, en Caleta ya se desembarcó más merluza hubbsi que en todo el año pasado y todavía quedan 80 días para que termine el año. Y parece que se va a incrementar en las próximas semanas. En la última acta del CFP entregaron cuota de la Reserva de Administración a los barcos “Marcala I” (2 mil toneladas) y “Ponte Coruxo (1500 toneladas).

La mayoría de esa asignación se descargará en el puerto santacruceño mientras en Mar del Plata, el puerto de asiento de ambos barcos, los obreros del pescado deben conformarse con recibir bolsones con alimentos no perecederos. Carla Seain, sigue pintada al óleo.

Obviamente que el fenómeno no es casual. Hay una decisión política provincial, avalada por las autoridades pesqueras de Nación, de fomentar la actividad en el puerto; que es casi lo mismo que beneficiar a un empresario pesquero: Luis “Gringo” Jones, quien recibe la mayoría de todo ese aluvión de merluza en la planta expropiada de Barillari, a pocos metros del puerto.

Tampoco parece casual que el buque “Petrel”, que estaba pescando sobre el 41°S, elija descargar en Caleta, que le queda a casi 40 horas de navegación, y no en Puerto Madryn, que le queda a la mitad de camino.

“Es porque están en rojo con el cupo y allá no tienen problemas”, contó una fuente que vigila de cerca los movimientos de la flota que opera en el puerto santacruceño. “No es el único”, avisa.

La merluza llega con forma de cuota social de la Provincia de Santa Cruz y la cuota de los propios barcos que pescan en aguas nacionales. La social viene creciendo en los últimos años. Cardozo lo tiene anotado en un cuadro de Exxel.

Pasó de 3680 toneladas en el 2020 a más de 6200 hasta agosto del año pasado cuando a través del Acta 25 del CFP le entregaron las últimas 1700 toneladas solo a 3 barcos: “Viernes Santo” (400 ton), “Pensacola” (600 ton) y “Don Juan” (700 ton).

Es curioso porque el “Viernes Santo” hace más de dos meses que está inactivo en San Antonio Oeste. ¿El cupo habrá servido para compensar todo lo que había pescado sin autorización?

Hay una sospecha que crece como los desembarques. En Caleta es difícil reprocesar toda la merluza que llega al muelle. Jones en Vepez. con 130 fileteros en dos turnos precarizados en las cooperativas “20 de Noviembre” y “El Dorado”, no tiene suficiente capacidad de corte para reprocesar la materia prima que también aportan barcos como “Calleja”, “Piedrabuena”, “Franca”, entre otros.

Estos también operaban desde Mar del Plata como el “Andrés Jorge” otro de los fresqueros de más de 7 mil cajones que migraron por una mejor ecuación del negocio: zona de pesca más próxima, menos costo de combustible y controles laxos conforman un combo difícil de rechazar.

Cardozo ha hecho innumerables presentaciones a la cartera laboral de la provincia para que se haga cumplir la Ley conocida como “70/30” y que marca la prioridad en el empleo en distintas actividades productivas a trabajadores santacruceños. La flota pesquera opera mayoritariamente con tripulantes foráneos.

En Caleta preocupa que también quedan 60 días para que la actual administración entregue el gobierno a Claudio Vidal, el gobernador electo y en el pueblo aseguran que las autoridades provinciales están haciendo los últimos negocios del fin de ciclo.

“Habilitaron la pesca dentro del Golfo hasta las 4 millas de la costa. Están entregando nuevos permisos a más barcos de San Antonio Oeste como el “Temerario” y uno de los “Huafeng” de Franco Massari”, reveló otra fuente local. “Sin controles y un aumento tremendo del esfuerzo pesquero, San Jorge será pronto igualito al San Matías”, lamenta un armador de la flota amarilla que opera desde Caleta.

En el San Matías las malas medidas de manejo y un esfuerzo pesquero que fue incrementándose de manera inversamente proporcional a que desaparecían los controles en el muelle, generaron una abrupta caída en la abundancia de merluza y langostino, que terminó con obreros ligados a su reproceso en la calle.

Massari había sido adjudicado para operar la planta municipal en Puerto San Julián, 400 km al sur de Caleta Paula, pero repentinamente la Provincia dio de baja el proceso y se la alquiló a… sí, el “Gringo”. Dicen que Jones ahí no hace volumen sino producto terminado y emplea a una veintena de fileteros. La llegada del “Huafeng” implicaría un acto de compensación por correrlo de la cancha en San Julián.

Es cierto que además del de Jones también hay otros establecimientos en Caleta Paula que cortan merluza como la planta de Avallay, y la de Diego Dalessio en sociedad con Maximiliano Canal, pero ni que trabajaran las 24 horas todos los días, domingos y feriados pueden absorber semejante cantidad de cajones.

Si hubiese un fin social, desde Pesca provincia direccionarían la merluza que sobra de las mesas de Vepez para alguno de los 10 frigoríficos de Puerto Deseado, que la pasan mal en baja temporada de calamar y langostino. Nada de eso.
Tampoco va a la vecina Comodoro Rivadavia, San Antonio Oeste ni Este. Mucho de ese pescado que sale sin reprocesar de Santa Cruz, violando la ley de pesca provincial, termina en mesas de corte de Mar del Plata, en establecimientos de Santa Fe, como “Puerto Gaboto” y sobre todo en Victoria, Entre Rios, donde frigoríficos como “Curimba” y “Epuyen” exportan merluza hubbsi, desembarcada a 1935 kilómetros de distancia.

La responsable del área pesca en la provincia es Lucrecia Bravo, una marplatense que hace años desembarcó en Puerto Deseado. En declaraciones periodísticas la funcionaria reconoció su preocupación por los picos de temporalidad que regalaba la actividad pesquera en Santa Cruz.

“Nosotros hacemos todo lo que podemos para que los puertos estén operativos todo el año o al menos 10 meses lo que sería sumamente positivo que de los 12 meses, 10 estén trabajando “a full”, pero hay veces que no son 10 y son 8 o hay meses que el trabajo merma a la mitad”, dijo Bravo en declaraciones al portal Pescare, tiempo atrás.

Barcos que pescan sin cupo, medidas de manejo que ponen en riesgo la abundancia de merluza dentro del Golfo San Jorge o direccionar la operatoria en beneficio de empresarios amigos…. Lucrecia y Charly parece que hacen bastante más de lo que pueden.

Buen domingo


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