Por: Facundo Alvanezzi – ex futbolista y actual formador de jóvenes en España, con una extensa labor en el Basilea FC de Suiza

Mi experiencia instructiva me califica para dar una opinión sobre la actualidad en la formación de los jóvenes futbolistas. 

Estimo sin temor ni vanidad existencial que el estado actual de los sistemas formativos mundiales están sufriendo la falta de calidad en la gestación de la enseñanza mesurada, por lo inapropiado de inculcar vertiginosamente resultados abstractos que iluminen las vidrieras llenas de trofeos, en vez de complementar la ilusión acompañada de sueños de prosperidad medida por el talento y los talentosos.

Por ello, los sistemas formativos actuales adolecen de «Maestros del juego» por sobre los sistemas organizados y mecanizados que no dan vuelo a los genios de la pelota.

En mi opinión, los retos actuales que debemos tener presente durante los procesos de desarrollo formativos son: en primer orden, dar lugar a la creatividad técnica del futbolista para que sus instintos hagan jugadas excepcionales que ningún formador se espera. En segundo orden, que la orientación técnica sea depurada desde edades tempranas elevando potenciales talentos en libertad. En tercer orden, jugar continuamente para encontrar todas las soluciones posibles elevando el caudal intelectual de los futbolistas y el juego, de cara a lo que deberán afrontar en el futuro.

En cuarto orden, que nosotros los formadores seamos «maestros que orientan y ayudan», manteniendo la distancia como actores secundarios siempre para ejercer el derecho de liberar los sueños creativos de los jugadores.

Y en quinto orden, que las academias, escuelas y clubes eduquen ejerciendo el derecho ludico del juego como aprendizaje universal en todo tiempo y lugar.

El mayor proceso indicativo de una cantera de alto rendimiento, es la contención y orientación con mayúsculas de los verdaderos formadores que educan, por encima de los entrenadores que desean ganar y ganarse un lugar en el profesionalismo como único objetivo.

A ésto debemos cuidarlo como un tesoro para que las joyas que atesoran las canteras, no sean objeto del deseo de los mercaderes a edades tempranas donde no existen al día de hoy, ninguna red de contención para que los futbolistas jóvenes sufran la sangría del desarraigo en pos del color del dinero.

El alto rendimiento requiere de una altísima calidad instructiva y humana de los Maestros para desarrollar niños y jóvenes inteligentes, pensantes, creativos, talentosos, generosos, altruistas, empaticos, y fundamentalmente referentes transmisores de valores humanos.

A lo qué añadiría el valor supremo de saber decir que «No» a las tentaciones efímeras qué desvirtúan todo lo antes mencionado. 

Es por ello que hoy ser un referente en la formación vocacional, es para muy pocos valientes como es mi caso y el de tantos, que deseamos qué el juego le gane al frenesí del «Negocio establecido».

Debemos con obligatoriedad cuidar las canteras universales con formadores que den la talla y retengan los talentos ante la provocación que nos generan los falsos profetas de los procesos incumplidos!!!

Todo lo relacionado con las academias de fútbol a nivel internacional, creo honestamente, que debemos tener presente que allí se deben tener a los mejores formadores bien intencionados y agiornados. Pues en edades prematuras y vitales en sus desarrollos, deberían estar muy calificados para aceptar las etapas dispares de crecimientos dónde no se obtienen los tres puntos cada fin de semana, sino todo lo contrario, nos debemos adaptar a los tiempos de espera para qué el talento emerja con naturalidad y en algún momento sean dirigidos por verdaderos Entrenadores.

No acortar el camino de la formación antes, es la vocación leal de Educadores en su máxima expresión. 

No puedo desentenderme qué nos han invadido con números, estadísticas, kilómetros recorridos, pesas que reemplazan a la pelota, computadoras y GPS, trineos, paracaidas y un largo etcétera que sólo posiciona a los inseguros estadistas carentes de información terrenal del juego asociado, en detrimento de los que amamos aprender de los futbolistas y el juego para verter conceptos de cómo jugar y evolucionar con sus propias inteligencias naturales, más allá de la locura por imponer datos qué siempre serán datos y nada más!!!

Doy gracias a los futbolistas enamorados de la pelota y los formadores apasionados que sólo saben del juego alternando talentosos y no tanto, para un proceso natural de aprendizaje que ninguna computadora y análisis podrá sustituir jamás. 


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