Por: Roberto Garrone

En la industria pesquera hay colores heterogéneos y realidades disímiles pese que los unifique el calendario y el amplio océano atlántico. Simples ejemplos: mientras por estas playas los barcos fresqueros ya van haciendo un balance del año, la flota que pesca calamar se despereza tras casi cuatro meses de inactividad y se preparada para la temporada 2023 después del brindis de fin de año.

Con un poco más ansiedad se traviesan estos días en Chubut donde la flota costera de Rawson se prepara para iniciar la temporada de langostino en aguas provinciales. Mientras los tangoneros congeladores descansan luego de la fructífera zafra de langostino en aguas nacionales y los fresqueros de altura que participaron de la carrera de obstáculos que desplegó la administración Arcioni durante la temporada, volvieron a cargar las redes y se sirvieron de una oferta variada: merluza, magrú o anchoíta, en Playa Unión todo es incertidumbre.

La misma grieta paritaria que separa a las cámaras patronales de buques fresqueros de altura y los gremios marítimos en Mar del Plata e imposibilita hasta ahora que haya acuerdo para que los marineros le descuenten a la inflación y los oficiales de máquinas y de puente tengan menos retenciones por el impuesto a las ganancias, se dibuja en tierras patagónicas.

Para los marítimos de la flota marplatense son los básicos y demás ítems en pesos. La producción se abona a valor dólar oficial, con lo cual ahí comparten el atraso cambiario que sufren las empresas exportadoras. En Patagonia el precio del langostino también se fija en pesos y los salarios, por tratarse de una especie con un valor más alto que la merluza que se descarga en Mar del Plata a esta altura del año.

Por eso que los conflictos que mantienen en suspenso el futuro de la actividad en Mar del Plata y Patagonia regala singularidades. Acá la apatía patronal empuja a los trabajadores a adoptar alguna medida de fuerza con el objetivo que esa parálisis convalide sus pedidos reiterados de un dólar diferenciado como le insistieron esta semana –todas las cámaras de la pesca- al secretario Bahillo.

Desde los gremios avisaron que no permitirán sentirse usados por las patronales. “Primero las paritarias, después vemos lo demás”, reveló Oscar Bravo, del SOMU. En algunos marineros no cayó bien el mensaje de apoyo de Durdos a los Moyano en medio de su negociación paritaria que finalmente terminó perforando el 100% con cláusula de revisión.

Lo del Secretario General del SOMU parece tener otra lectura; debe entenderse como un gesto en defensa propia. Omar Suárez prepara su regreso y Durdos cree que es mejor reafirmar su alianza con los Moyano como garantía de supervivencia. Pero ojo que los camioneros no votan.

Daniel Flores, del Siconara, anunció que saldrán a contarle las costillas a los armadores. En la asamblea que realizaron en el club Talleres (foto) prometieron que fiscalizarán en muelle el peso y cantidad de cajones porque de ahí se liquida la producción. ¿Será que algunos de los grandes barcos fresqueros traen más kilos y cajones que los declarados?. Y la trazabilidad, y la transparencia, y Candela…?

En Rawson las urgencias son otras porque la temporada de provincia que esta por arrancar es el pico de productividad de la flota –que ya nace aumentada con bodegas más grandes que las permitidas-. La patronal viene acordando desde hace unos años dos actualizaciones del precio del langostino fresco por año, según la inflación.

Ahora toca un 62% para el tramo abril/octubre y logró que lo firme el Siconara a principios de semana. El SOMU hizo una asamblea bastante numerosa el viernes y volvió a rechazarla. Ofreció dolarizar el precio pero la propuesta no cuajó en la Cafach, la cámara que reúne a parte de la flota.

En el SOMU Mar del Plata no dicen las pretensiones pero no bajan del 50% para lo que resta del año. De cristalizarse, sería un 95% entre abril y diciembre, una cifra fuera del radar de las patronales que ofrecieron el 7% en septiembre y ver cómo sigue la inflación mes a mes. Entre abril y septiembre sumarían un 52% cuando la canasta básica de alimentos trepó un 83%.

En Rawson no solo lidian con los marineros. Los Observadores de la Secretaría de Pesca reclaman el pago de lo que prometieron pagarle tras la derogación del FAP y no embarcarían para realizar la prospección, paso indispensable para saber el estado biológico del recurso en aguas provinciales antes de que arranque la pesca comercial.

Desde la patronal aseguran que lo de los Observadores estaría arreglado, pero no es un impedimento si firma el SOMU. La prospección podría hacerse con científicos del CEMPAT o investigadores del INIDEP. Lindo de ver al Instituto poniendo un pie en aguas provinciales.

En Mar del Plata hay un signo de madurez de los dirigentes que no sé si aflora en Chubut. Al menos por unos días más los gremios locales alimentarán la paciencia. Saben que no hay ningún reajuste posible, por más alto que sea, que compense los días parados.


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