Por: Roberto Garrone

Juan Antonio López Cazorla aceptó asumir como Subsecretario de Pesca con una condición que lo puede dejar pronto otra vez mirando el horizonte de sus lotes de pasturas en Castelli, vigilando la sanidad de sus novillos, como todo veterinario de bien.

Si se aprueba la Sección 8 del Capítulo III con las reformas a la ley federal de pesca dentro de la Ley Ómnibus que por estos días se seguirá discutiendo en las comisiones plenarias del Congreso, el sillón que Vilella demoró un mes en ocupar, volverá a quedar vacío.

Al menos eso le confió Juan Antonio a algunos de los tantos hombres de la pesca con los que mantuvo contacto en las últimas horas, desde que el martes cobró forma el rumor que marcaba su regreso a Paseo Colón, ya como reemplazante de Carlos Liberman. “Si esto sale, me voy”, sentenció.

Igual al cluster pesquero lo preocupan cosas más tangibles que el futuro del nuevo/viejo funcionario, aunque muchos le deben algún favor en esos 13 años de levantar la mano de manera automática en el Consejo, sea para aprobar reformulaciones, cuando no reasignación de cuotas, o transferencias de permisos.

Cómo era el slogan libertario. Imposible un país distinto con los mismos de siempre.. López Cazorla no tiene ningún mensaje subliminal… fue lo menos malo que pudieron conseguir ante la diáspora de aspirantes que generó el proyecto reformista.

Desde un rol completamente secundario, claro, viviendo en La Plata pero defendiendo los intereses pesqueros de los habitantes de Tierra del Fuego, Juan Antonio también fue parte de la puesta en marcha del sistema de cuotas individuales transferibles de captura, la famosa cuotificación, y la aplicación plena del Artículo 27 que establece las condiciones para acceder a dicha cuota, esa meritocracia que hoy el nuevo gobierno busca llevarse puesta.

El tiempo vuela para tanta incertidumbre. Las comitivas de empresarios y gremios llenan la agenda con reuniones ante legisladores diversos y ya se animan al poroteo de votos. Los de Unión por la Patria están adentro. Los radicales parecería que también. Por eso algunas sonrisas relajadas al término de la reunión del miércoles. Son 34 y si se suman los de la izquierda, ya le resta margen al oficialismo.

Con los del PRO es más complejo pero ahí volverá a jugar Nacho Torres. El Gobernador de Chubut ya mandó a disciplinar a Andrea Cristina, quien paradójicamente ocupa el lugar que él dejó vacante en el Senado y había salido con algunas declaraciones desafortunadas.

Torres insiste en asegurale a los suyos que todo el paquete pesquero no formará parte de la Ley Ómnibus. Pero las palabras por ahora no alcanzan. Ante las indefiniciones de estos días, la preocupación acompaña a las delegaciones empresarias donde impera un temor común: que en la vorágine de la rosca por aprobar lo que sea, la pesca sea una moneda de cambio para corregir zafarranchos con mayor peso económico como el biodiesel.

La pesadilla se cristaliza en el formato dibujado por el propio intendente Montenegro en la reunión del COM. “Trabajo argentino, desembarques en puertos argentinos y la licitación de cuota solo para empresas nacionales”, les dijo el Jefe Comunal.

Si eso avanza y queda firme nadie se quiere imaginar la letra más chica…. ¿las cuotas son de empresas o de barcos? ¿Podrán pescar con los buques que prefieran o habrá un direccionamiento a que la captura genere trabajo en tierra?

No son detalles insignificantes porque ya lo hemos escrito por acá hace algún tiempo. La pesca nacional se concentra en pocas manos, varias extranjeras. Con el fondo de inversión Platinium Equity adquiriendo la española Iberconsa, que acá en Mar del Plata se quedó con los activos de Valastro hace unos años.

Iberconsa en 2008, los días de la cuotificación, operaba con 6 barcos. Hoy ya pescan con 5 veces más, y no sumamos los que pescan para ellos, principalmente langostino en Rawson.

Arbumasa Austral, dominada por capitales chinos que ya controlaban Ardapez. Los canadienses Cooke en el negocio de la vieira con Whanchese y el langostino con Cabo Vírgenes en Chubut. Conarpesa y las filiales de las españolas Pescanova y Pesca Puerta operando variadas especies con diversificada flota.

Qué puede impedir que Fénix, el mayor grupo chino que pesca calamar con permisos argentinos, no diversifique sus capturas y salga a comprar cuota de merluza.

Allegados a Torres aseguran que no se moverá de su posición. Sacan todo o no cuenten con los legisladores del bloque patagónico para nada. El Gobernador de Chubut está con la sangre en el ojo: le birlaron el sillón de la Subsecretaría de Pesca que le habían prometido. El sillón al que se subió Ricardo Sastre cuando nadie lo había invitado.

No solo por eso masculla bronca Torres…. El paquete completo incluía Subsecretaría y sillón en el Consejo Federal Pesquero en representación del Poder Ejecutivo. En las últimas horas cobró forma el rumor que marcaba uno de esos lugares para Juan Pazo, el amigo de “Toto” Caputo y a quien el ministro de Economía le creó una super secretaría.

Un empresario textil sentado en el órgano que define las políticas pesqueras. O ya no serán pesqueras y todo serán licitaciones seriales… Es una pésima señal pero que traduce el interés que el núcleo duro del gobierno tiene por vigilar de cerca el desarrollo del sector.

El nombre de Pazo lo anticipó López Cazorla en la reunión con la intercámara esta semana. La cara de algunos lobbystas llegaba al piso.

Para ese cargo hay varios anotados. Leo López es otro, impulsado por Emilio Coronel y Pato Elias, el binomio que monetizó el reparto de las 5 mil toneladas de langostino el año pasado y que dejó tan disconformes a los peces gordos de CEPA y CaIPA, al punto que acudirán a la justicia ordinaria luego del rechazo administrativo en el Consejo Federal Pesquero.

Buen domingo


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