Las instituciones que componen el primer ciclo del nivel inicial (45 días a 2 años) surgen a partir del reconocimiento a la importancia de los primeros años de vida de los niños y la necesidad de generar un ambiente seguro, donde durante su desarrollo, le brinden oportunidades de juego, exploración y aprendizaje para adquirir confianza e independencia.
Los jardines maternales son parte del sistema educativo que regula, estableciendo su función primordial, la enseñanza a las generaciones más jóvenes. Está delineado por un diseño curricular que pretende contribuir al planeamiento de acciones y prácticas educativas que tomen en cuenta la diversidad de instituciones, docentes, alumnos y familias existentes, respondiendo a sus necesidades y demandas.
En el 2020 la pandemia se llevó el cierre de muchísimos jardines maternales a nivel nacional, mientras que unos pocos lograron sobrevivir. Hoy con una nueva suspensión de la presencialidad, nuevamente comienzan a luchar por sobrevivir a la pandemia.
«Queremos que nos consideren esenciales por todo lo anterior desarrollado. Porque cuando una familia decide inscribir en el jardín a su hijo desde temprana edad es porque debe salir a trabajar, confiándoles su tesoro más preciado», exponen desde ese ámbito.
«Recibimos hijos de personas esenciales, ya que todo trabajo es esencial si le da comida y hogar a una familia, y necesitan que sus hijos queden en un lugar seguro. Y el jardín maternal es un lugar seguro, no solo por las prácticas de higiene, alimentación y descanso que siempre tuvieron, sino también por la incorporación de los protocolos vigentes. Cómo docentes logramos adaptarnos a ellos, utilizando máscara y barbijo durante toda lajornada, aprendiendo a sonreírles a los alumnos con nuestra mirada», se agrega.
«A lo que no lograremos adaptarnos es a una educación virtual para niños de tan temprana edad. ¿O alguien se imagina a un bebé de 7 meses o año y medio, casi dos, frente a una pantalla participando de su clase virtual?», destacan.