Desde el año 2000 hasta la fecha, 66 buques pesqueros se han hundido en aguas argentinas, llevándose consigo la vida de más de 100 tripulantes, entre fallecidos y desaparecidos. Sin
embargo, la tragedia se ve agravada por la alarmante falta de justicia: ningún hundimiento ha llegado a juicio.

La reciente actuación del juez federal de Rawson Gustavo Lleral, quien intentó archivar la causa del Rigel, ha reavivado la indignación y el dolor de los familiares de las víctimas.

Este hecho se suma al intento de cierre de la causa del Repunte en diciembre pasado, también a cargo del mismo magistrado, cuya decisión fue apelada y ahora se encuentra en manos de la Cámara de Comodoro Rivadavia.

La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) sostuvo que el accionar de la justicia federal en estos casos resulta inaceptable, configurando un patrón de impunidad sistemática que vulnera los derechos humanos de las víctimas y sus familias.

En un comunicado, esta entidad remarcó que la falta de respuestas, la ausencia de investigaciones profundas y la indiferencia ante estos crímenes no solo perpetúan el dolor de los afectados, sino que también envían un mensaje de permisividad frente a la desprotección de los trabajadores del mar.

«Desde la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), denunciamos
enérgicamente esta omisión de justicia y exigimos la investigación exhaustiva de cada uno de estos hundimientos. Es imperativo esclarecer las verdaderas causas, deslindar responsabilidades y garantizar que los culpables rindan cuentas. La vida y la dignidad de los tripulantes no pueden quedar a merced de la desidia y la complicidad de quienes
deberían protegerlos», manifestaron.

Finalmente, ‘hacemos un llamado a la sociedad argentina para que tome conciencia de la gravedad de esta situación y se sume al reclamo por verdad y justicia en el mar. La impunidad solo se
combate con la movilización y la exigencia ciudadana. No podemos permanecer en
silencio mientras la mafia pesquera y la inacción judicial continúan arrebatando vidas sin consecuencias».


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