Desde diciembre de 2023, Brasil ha presenciado un importante hito en su legislación relacionada con las apuestas deportivas. Con la entrada en vigor de la nueva ley que regula las apuestas de cuota fija, conocidas popularmente como “apuestas”, el escenario para los operadores y apostadores en el país está experimentando cambios importantes.

Estos cambios no sólo afectan a la fiscalidad de las empresas de apuestas, sino que también tienen implicaciones directas para los apostadores individuales y el mercado en su conjunto. En este contexto, los juegos más famosos como el juego del tigre o el juego del toro cobran relevancia, marcando una nueva era para la industria de las apuestas deportivas en Brasil.

La fiscalidad de las empresas de apuestas


Uno de los cambios más impactantes es la introducción de una tasa impositiva del 12% sobre los GGR (ingresos brutos del juego) para las empresas operadoras de apuestas. Este modelo de tributación basado en los ingresos brutos tiene como objetivo generar una fuente estable de ingresos para el gobierno y al mismo tiempo establecer una estructura clara para las empresas dentro del mercado regulado.

Antes de la regulación, el mercado de apuestas deportivas en Brasil operaba en una especie de limbo legal, lo que a menudo conducía a la informalidad y la falta de transparencia. Con la introducción de este impuesto, el gobierno busca no sólo aumentar sus ingresos, sino también promover la transparencia y la legalidad dentro del sector.

Implicaciones para los apostadores individuales


Además de los impuestos a las empresas de apuestas, la nueva legislación también establece un tipo impositivo del 15% sobre todas las apuestas ganadas por apostadores individuales. Esta medida tiene como objetivo garantizar que las ganancias obtenidas mediante apuestas estén debidamente gravadas, siguiendo los principios de equidad fiscal.

Sin embargo, la ley también prevé exenciones para premios de hasta R$ 2.100. Esto significa que los apostadores que ganen cantidades inferiores a este límite estarán exentos de pagar impuestos sobre sus ganancias. Esta medida tiene como objetivo proteger a los pequeños apostadores y evitar una carga fiscal excesiva sobre las ganancias más pequeñas.

Desafíos y reacciones del mercado

A pesar de las loables intenciones detrás de la nueva legislación, no está exenta de desafíos y críticas. Uno de los principales puntos de preocupación es la posibilidad de una fuga de apostantes hacia el mercado ilegal, especialmente debido a la tasa impositiva relativamente alta que se aplica a las ganancias de los apostadores individuales.

Los expertos de la industria también expresan su preocupación sobre la viabilidad económica de las apuestas bajo el nuevo régimen fiscal. Con una tasa impositiva del 15% sobre las ganancias de los apostadores, algunos argumentan que el modelo podría desalentar la participación en el mercado regulado, llevando a los jugadores a buscar alternativas en el mercado negro.

Adaptación y Estrategias para el Mercado


Desafíos de los altos impuestos: La imposición de una tasa impositiva del 15% sobre las ganancias de los apostadores individuales genera preocupación sobre la viabilidad económica de las apuestas dentro del nuevo régimen fiscal.
Competencia con el Mercado Ilegal: Existe el riesgo de una fuga importante de apostadores al mercado ilegal debido a la carga fiscal y las restricciones impuestas por la regulación.

Innovación y Alternativas: Las empresas del sector y los apostadores individuales pueden buscar nuevas estrategias y alternativas para enfrentar los desafíos que impone la tributación, incluido el desarrollo de tecnologías y la diversificación de servicios.
Como afirmó Renato Gomes, especialista en economía del juego: «Ante los cambios fiscales, es fundamental que el mercado se adapte rápidamente y busque soluciones innovadoras para garantizar su sostenibilidad a largo plazo».

¿A dónde va el dinero de los impuestos?
La estimación del Ministerio de Hacienda es recaudar R$ 12 mil millones por año a partir de 2024. La recaudación se distribuirá de la siguiente manera:

  • 36% para el área deportiva:
    • 7,30% a entidades del Sistema Deportivo Nacional
    • 22,20% al Ministerio de Deportes
    • 0,70% a las secretarías de deportes u órganos equivalentes, en los Estados y el Distrito Federal
    • El resto para las confederaciones deportivas
  • 28% para el sector turístico:
    • 22,40% al Ministerio de Turismo
  • 13,60% para el área de seguridad pública
  • 10% para el área de educación
  • 10% para seguridad social
  • 1% para el Ministerio de Salud
  • 0,50% dividido entre entidades de la sociedad civil
  • 0,50% al Fondo Federal de la Policía
  • 0,40% para la Agencia Brasileña de Desarrollo Industrial

Beneficios de la regulación

A pesar de los desafíos y críticas, la regulación de las apuestas deportivas en Brasil también trae consigo una serie de potenciales beneficios. En primer lugar, la legalización y la tributación del mercado de apuestas pueden generar una importante fuente de ingresos para el gobierno, que puede destinarse a áreas como el deporte, el turismo, la seguridad pública y la educación.
Además, la regulación puede ayudar a combatir el lavado de dinero y otras actividades ilegales que a menudo están asociadas con el mercado de apuestas no regulado. Al establecer requisitos estrictos para las empresas de apuestas e implementar medidas de cumplimiento más efectivas, el gobierno puede aumentar la integridad y seguridad de la industria en su conjunto.





A medida que Brasil avanza para regular las apuestas deportivas, la distribución planificada de los ingresos fiscales promete impulsar sectores como el deporte, el turismo y la seguridad pública.
Sin embargo, la colaboración continua será vital para garantizar un entorno de juego justo y responsable, garantizando así un futuro prometedor para esta industria.


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