Desde el Centro de Estudiantes de la Facultad de Ingeniería (CEI) de Mar del Plata pusieron en marcha un sistema de préstamo de bicicletas para estudiantes. La propuesta constituye una ayuda con perspectiva económica y ambiental.
Según explicó el presidente del CEI José Gastiazoro, “los y las estudiantes de nuestra unidad académica pueden acceder a una bicicleta y casco de forma gratuita, que se presta de forma diaria, semanal o cuatrimestral”.
La iniciativa tiene como principal objetivo ofrecer una ayuda económica a los estudiantes, permitiéndoles acceder a un medio de transporte que resulta mucho más barato y saludable que el transporte urbano.
“Lamentablemente para muchos chicos y chicas trasladarse a la facultad implica un gasto enorme, muchas veces se necesitan dos colectivos para poder llegar y eso dificulta el acceso. Con el nuevo valor del boleto un estudiante que tiene que venir a la Facultad tres veces por semana gastaría entre $1800 y $3600 por mes; en cambio el uso de la bicicleta se limita a los gastos de mantenimiento, que son mucho menores. Dado que la prioridad es ayudar a quienes más lo necesiten, en caso que la demanda exceda la cantidad de bicicletas con las que contamos, Servicio Social Universitario nos ayuda a decidir a quiénes darle prioridad para el préstamo”, manifestó Gastiazoro.
Pero este sistema pretende hacer, además, un aporte al cuidado del ambiente: “Armamos esta idea a partir de las experiencias de otras ciudades, como Rosario, donde el préstamo de bicis no es sólo una ayuda económica, sino también un aporte a la construcción de una ciudad más sustentable. Es necesario que la gestión municipal amplíe la discusión, el debate no puede cerrarse al aumento del boleto sino que es necesario discutir las formas de actualizar el sistema de transporte urbano local. Parte de esa discusión incluye la creación de bicisendas y ciclovías para promover el uso de la bicicleta”, expresó el presidente del CEI.
Se trata de la segunda experiencia al respecto que proponen, la primera fue implementada en el año 2015 con el objetivo de cubrir el trayecto entre la sede central y el entonces anexo de la facultad. “La propuesta se inició con nueve bicicletas, luego gracias al apoyo de la gestión de la Universidad pudimos comprar cascos y candados. Esperamos poder seguir ampliando el servicio y que esta experiencia sirva como ejemplo, tanto para otras unidades académicas como para la propia ciudad”, cerró Gastiazoro.