Por: Roberto Garrone

Mientras todo el mundo pesquero miraba azorado e impotente como el congelador Pescargen IV primero perdía estabilidad hacia la banda de estribor, luego escoró y finalmente se hundió en el sitio 4 del muelle Almirante Storni en Puerto Madryn, por una sumatoria de groseros errores humanos, se aguardan para estos próximos días con cierta expectativa, las medidas que anunciará Sergio Massa, revestido ahora como superministro de Economía para potenciar las exportaciones del sector agroindustrial, del que la pesca ocupa un lugar trascendente, para comentar a recuperar reservas, que como el factoría español, languidecen en el fondo del mar.

Alguna vez Prefectura actuará con todo el peso de la ley para sancionar y suspender aunque sea temporalmente de la marina mercante a los responsables de tan enorme acto de irresponsabilidad profesional como reflejaron los hechos que llevaron al hundimiento del Pescargen o seguiremos que, una vez pasado el asombro, la realidad devore la memoria colectiva y todo quede en anécdota. Por suerte no hubo que lamentar víctimas entre los tripulantes y estibadores. El susto les durará un tiempo.

“Eso (la pérdida de estabilidad del Pescargen) no es en un minuto Roberto, te lo aseguro”, me decía el viernes un amigo, ya jubilado como práctico de muelle al servicio se Solimeno, con quien compartí la evolución de lo que terminó siendo el hundimiento evitable del arrastrero.

“Para que te entre agua de popa por el portalón sabes lo que tuvo que estar escorado …. primero llenas el pozo, después la planta y ahí a la máquina. ¿Nadie se dio cuenta?”, preguntaba mi amigo y las fotos y videos que se iban sumando a medida que la tarde del viernes avanzaba, le fueron respondiendo.

Después el buque posiblemente se haya enganchado con los voladores y el espardel, por eso comenzó a hundirse por popa. A medida que siguió entrando agua terminó volcado por estribor y apenas quedó fuera del agua la banda de babor de proa.

“Convengamos una cosa; Tony boludo no es y no regala plata”, aclara mi amigo. “Me llevó, hasta que me cansé, para hacer el combustible, trasvases, y estar atento cuando bajaba la marea para soltar cabos y que el buque se despegue del muelle. Porque al bajar la marea el agua te mete abajo, entonces tenés que estar atento, cuando entra el barco le tenés que hacer largar el ancla; por si el agua te mete abajo, vos te viras con el cabrestante y salís de abajo del muelle, si no te pasa esto”, me explicaba.

Por más que el Pesca haya querido volver cuando antes a la zona de pesca, como dicen algunos, o que la estiba se haya retobado y no querido dejar de vaciar la bodega para que el barco comenzara a hacer combustible y mantener en equilibrio los pesos que le garantizan estabilidad, como sostienen otros, es el capitán la máxima autoridad a bordo.

En los últimos días se han sumado algunos hechos, menores claro, nada es comparable a este desastre que regaló la impericia a bordo del Pescargen, como el choque del Petrel contra la popa del portacontenedor, también en Madryn, o la rozadura de los fresqueros “Patagonia” y el “San Matías” en zona de pesca que mostró las patas cortas de algunas mentiras.

Del capitán del San Matías sobre todo, que no reportó mayores daños y pidió extender la marea de pesca, cuando tenía un rumbo en el casco producto del tangón del otro barco, que cambió su condición de estabilidad y le hizo pasar frío al oficial de máquinas que dormía en el camarote con vista al mar.

El capitán no reportó el rumbo en la banda de babor del casco aunque sabía del daño generado porque los tripulantes colocaron un tapa rumbo. Lo vieron los técnicos que reportaron el barco el lunes a la mañana. Ahora Prefectura Puerto Madryn, donde se tramita el sumario, ya pidió los derroteros de ambos barcos para saber cómo fue el incidente y determinar responsabilidades. ¿Mentir tendrá sanción?

Como será el nivel de exposición de la impericia de los capitanes que hasta Jorge Frías, su secretario General, ha tenido que reconocer que todos “estos hechos encienden una señal de alerta que no podemos dejar pasar” y pidió que se ordene la actividad para cumplir con el convenio del trabajo en la pesca de la OIT y se respete el tiempo de descanso por 48 horas durante la zafra. Ni él se lo cree.

El trabajo en la pesca requiere de capacidad e idoneidad profesional sobre todo. Y las dotaciones de oficiales, sobre todo en puente y máquinas, tienen reemplazos para suplirlos mientras descansan. Todos están en condiciones de responder ante las exigencias que plantea un barco en alta mar realizando tareas de pesca, o también hay una falencia formativa que se requiere con urgencia atender.

Ya lo que pasó en el “Santangelo” entra en otro terreno. No conforme con haber traído, el sábado pasado, una parte de langostino en bodega a granel, en la siguiente marea de esta semana, en un video se ve a tripulantes del barco trasvasando langostino de la cubierta a un gomón en las inmediaciones de Playa Unión, tal cual lo reflejó el portal Marypesca. “Que no se vea el nombre del barco”, pide uno. No, tranquilo maestro. Gente de confianza…

Si lo primero pudo haber sido fruto de un mal cálculo, de un lance que excedió la capacidad de almacenamiento del barco –curiosamente lo mismo le pasó al otro barco de la empresa, el “Ciudad Feliz”, lo de ahora no tiene justificación.

Es probable que esta maniobra haya ocurrido a espaldas del armador, pero será él quien pague los platos rotos. Debería bajarlos a todos como sanción colectiva y ejemplificadora para exponer que no comulga con lo que hicieron, y donde el capitán permite prácticas que casi no se ven ni en la Bahía de Samborombon, donde ha sido frecuente ver corvina encajonada en carros tirados por caballos.

Se entiende que es una actividad riesgosa, difícil, incómoda y llena de presiones, sobre todo para los capitanes que deben lidiar con la impaciencia y exigencias de las empresas, pero es imperioso que sean más responsables…

Hasta ahora han sido solo daños materiales y los seguros responderán en cada caso aunque que los marineros del Pescargen puedan cobrar el lucro cesante será más difícil que la Draga Mendoza suba un día al varadero de la Base.
No le abramos la puerta a una tragedia.

Foto: @facundoLosi


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